EL ENCANTO DE LO PROHIBIDO - Kookmin/JiKook

Capítulo 4

—¿Un error? —le recrimina Jimin.

—Quiero decir,  yo no debí acercarme de esa forma hacia ti. Yo no soy así.

—¿Así cómo?

—A mí no me gustan los hombres. No sé qué me pasó.

—No se preocupe, Sr. Jungkook. No le contaré a nadie todo lo que me hizo anoche. Nadie se enterará del error que cometió.

—Espera, no lo quise decir de esa manera.

—¿En serio? En todo caso, desde que comencé a trabajar en su club me he acostumbrado a que las personas me traten como basura.

—Jimin, yo no...

—Voy a dormir —Jimin se coloca los audífonos.

—Jimin.

Pero Jimin ladea la cabeza hacia la ventana y cierra los ojos.

Dos horas después llegan a su destino. Jungkook detiene su auto en frente de la casa del rubio.

—¿Me va a despedir?

—Claro que no.

—Okay —le dice y se baja del auto dándole un azote a la puerta.

—¡Mierda! ¡Qué hice! —dice Jungkook y luego resopla cabreado.

La noche siguiente, cuando Jimin ve a su jefe bajar por la escalera, esquiva su mirada y se pavonea aún más mientras baila sobre el escenario.  Jungkook está parado cerca de él, entonces el chico se baja del escenario y se acerca a un hombre, le sonríe y le extiende la mano y se lo lleva. Por primera vez, Jimin va a una habitación privada con un cliente. Todo ante la inquieta mirada de su jefe Jungkook. Cabreado, Jungkook se va del club.

Estando en casa, el único pensamiento recurrente para Jungkook es Jimin y su trasero. No puede sacarse al chico de la cabeza, pero reniega del deseo que siente hacia él. 

Luego de una semana, Jungkook le ofrece a Jimin llevarlo a su casa al verlo en la parada de autobús. Por supuesto, Jimin rechaza su ofrecimiento negando con su cabeza.

—Déjame llevarte a tu casa, no seas orgulloso —le insiste.

—No gracias.

—¡Hola! —interrumpe Kai, el amigo de Jungkook que detiene su vehículo en frente de ellos.

—¡Hola Kai! —lo saluda Jungkook.

—¿Cómo estás Jimin?

—Estoy bien.

—Ven, sube. Te llevaré a tu casa.

—Okay —Jimin se sube al auto de Kai.

—Nos vemos Jungkook —se despide Kai.

—Adiós —les dice a ambos mientras aprieta sus labios.

Jungkook se queda parado viendo el auto alejarse. Está enfurecido porque Jimin prefirió irse con Kai y ya ha comenzado a ver imágenes en su cabeza sobre ellos dos desnudos. Está jodidamente celoso y arrepentido de haber tenido un comportamiento tan cruel y frío con el chico. Su intención nunca fue menospreciarlo o hacerlo sentir mal, mucho menos provocar el enfado de Jimin.

Días después, Jungkook intenta nuevamente acercarse a Jimin, pero este lo rechaza una y otra vez. El chico rehúye de la presencia de su jefe cada vez que se encuentran por casualidad o por iniciativa de Jungkook. Hasta que una noche, habiendo cerrado el Club, ambos se encuentran frente a frente.

—Jimin, ¿podemos hablar?

—Debo irme —le responde.

—¡Espera! —lo toma del brazo.