EL ENCANTO DE LO PROHIBIDO - Kookmin/JiKook

Capítulo 23

—Nos había ido muy bien en la reunión que tuvimos así que decidimos celebrar nuestro pequeño triunfo —le explica Jungkook a su novio.

—¿Taehyung y tú?

—Sí. Ambos fuimos a un bar.

—Cuando hablamos, esa noche, me dijiste que saldrías solo.

—Lo sé. No quise decirte que saldría con Taehyung porque sé que no te agrada.

—No es que no me agrade, no lo soporto y tú sabes muy bien por qué.

—Por eso no quise decírtelo.

—¡Me mentiste!

—Solo, lo omití.

—Es una mentira, Jungkook.

—Sí, sí, es una mentira. Lo sé y lo siento. No lo pensé bien. Yo...

—Dime qué carajos pasó con Taehyung.

Jungkook aprieta sus labios demostrando que está intranquilo.

—Jimin —le dice luego de tragar saliva— bebimos un par de tragos y nos fuimos al hotel. Él bebió un poco más que yo. Bastante más. Entonces tuve que ayudarlo a llegar a su habitación.

—A su cama querrás decir.

—Sí, a su cama.

—¡Por la mierda Jungkook!

—No, espera. Yo no me acosté con Taehyung. Cuando lo dejé sobre la cama, él me abrazó por el cuello y me besó.

—¡Ese hijo de puta! ¿Y luego qué ocurrió?

—Y luego nada. Yo me levanté...

—¿Te levantaste? ¿Estabas acostado en la cama entonces?

—Él me jaló hacia la cama y me caí sobre él. Me levanté rápidamente y salí de la habitación. No pasó nada más.

—¿Solo un beso?

—Sí. Y ni siquiera fue un beso porque jamás le respondí ese beso.

—Y si no hiciste nada, ¿por qué carajos no me lo contaste?

—Pensé que no decirte lo que pasó, sería lo mejor.

—¿Mentirme? ¿Eso es lo mejor para ti?

—Lo sé. Debí habértelo contado en cuanto llegué.

—O mejor aún. Debiste habérmelo contado en cuanto ocurrió. ¡Esa misma noche, Jungkook! ¿Y ahora me estás diciendo la verdad? ¿Se supone que ahora debo creerte? 

—Esa es la verdad. Quien yo pensé que era uno de mis mejores amigos, resulta que está enamorado de mí.

—¿Enamorado de ti? 

—Eso me dijo hoy en la mañana, cuando tomamos el vuelo de regreso.

—Yo te lo dije, Jungkook.

—Sé que me lo dijiste, pero realmente creí que estabas equivocado. Lo siento tanto mi amor.

—Ya no podré confiar en ti.

—Pero, ¿por qué? Te estoy diciendo la verdad.

—Porque me lo ocultaste. Siempre confié en ti porque fuiste honesto conmigo. Ya no confiaré más en ti. No puedo.

—Oh Jimin, no me digas eso.

—Nunca sabré si estarás diciendo la verdad o si me estarás ocultando algo.

Entonces Jungkook baja la mirada y siente que ha perdido la confianza y el respeto de Jimin. Por su parte, Jimin lo observa con una mirada muy triste. 

—Supongo que después de lo que hizo ya no trabajarás con él —le dice el blondo.

—Um, por supuesto que no. Pediré que lo transfieran a otra área.

—¿Transferirlo? ¿No lo despedirás?

—Um, lo he estado pensando.

—¿Me estás jodiendo Jungkook?

—Él necesita mucho este trabajo.

—¡Despídelo!

—Jimin...

—¡Despídelo o no me volverás a ver en tu vida Jeon!

En ese momento, Jungkook siente un escalofrío recorrer su columna vertebral y las tripas de su estómago se retuercen. Pensar tan solo en la idea de perder a Jimin lo hace sentirse enfermo. Jimin observa cómo su novio palidece y se preocupa haciendo que su expresión facial se suavice. Ya no tiene el ceño fruncido. En cambio, se acerca a su novio y le toma la cara con ambas manos.

—Lo despediré —le asegura Jungkook.

—De acuerdo —le susurra el rubio.

—No quiero vivir sin ti, Jimin. Taehyung se puede ir al carajo —le dice el pelinegro casi sin aliento.

Jimin lo abraza con fuerza y se aferra durante mucho rato al cuerpo de Jungkook.

—Tenía miedo de que quisieras dejarme para irte con él.

—Jamás te cambiaría por nadie —luego lo besa por largos minutos.

Pronto las enormes manos de Jungkook están debajo de la camiseta del chico, acariciando la piel de su cintura y luego la de su estómago, mientras que Jimin ha comenzado a desabotonar la camisa de su novio, quien no ha despegado sus labios de la exquisita boca del rubio. Cuando Jungkook separa solo un poco su boca del aliento del rubio, lo hace solo para quitarle la camiseta y desprenderse de su propia camisa. Jimin apoya su espalda nuevamente sobre las blancas sábanas mientras su novio desabotona apresuradamente su pantalón y al sacárselo lo lanza lejos. Con los dientes baja cuidadosamente el bóxer de su excitado novio, quien ya deja salir pequeños quejidos. La boca de Jungkook baja lentamente por los muslos hasta llegar a las rodillas, luego con la mano, toma el bóxer y se lo quita también, dejando completamente desnuda la pálida piel del pelirrubio. Asciende nuevamente hasta su boca y le da húmedos besos a sus carnosos labios. Jimin entrelaza sus piernas alrededor de la cintura del pelinegro, quien en un rápido, pero cuidadoso movimiento, gira su cuerpo, dejando al chico sobre él.

Desde allí, Jungkook se regocija observando el cuerpo de su novio. Lo recorre con la mirada y con sus manos también. Jimin agarra la erección de su amante y comienza a darle suaves masajes en el glande. Primero con su dedo pulgar y luego con la punta de su lengua. El pelinegro emite hondos quejidos mientras su novio funde su boca en el erecto miembro. Lo traga una y otra vez, desde la punta hasta la base, cada vez más profundo. Una, otra y otra vez, hasta que se detiene y se voltea hacia el otro lado, dándole la espalda a su extasiada pareja. Con una mano sujeta la erección y con la otra se apoya para alzarse un poco y tragar con su trasero el latente pene de Jungkook.

—Mmm —se queja el pelinegro, quien ya no puede sostener su eyaculación.

—Ah, ah —vocifera Jimin.

Estocada tras estocada, sus cuerpos se acaloran al compás de los golpes entre sí. Las manos de Jungkook se resbalan sobre la sudorosa espalda baja del rubio, quien sin piedad alguna, recibe las arremetidas intensas de su novio. 

Finalmente, Jungkook expulsa su fluido dentro del chico, quien casi al mismo tiempo suelta su propio líquido sobre las sábanas. Jimin se deja caer exhausto al lado de su compañero.

En ese momento, suena el teléfono de Jungkook. Es su madre.

—Hola mamá.

—Jungkook... hijo...

—¿Qué pasa mamá?

—Es tu padre....