Capitulo X
Amenazas que nacen
Un grupo de 6 personas se encontraban en una habitación amarilla pálida con algunas macetas y un escritorio de roble con 3 sillas de cuero, dos de ellos se encontraban junto a la puerta, los dos vestían una camisa blanca y pantalones negros con zapatos del mismo color, otro estaba sentado en frente del escritorio con un cuarto vistiendo igual a los dos primeros tras él, para terminar estaba la misma mujer que Daniel había visto en el parque así como el chofer que la había socorrido. El hombre sentado en el escritorio era alto, alrededor de 1.90, su cabello castaño corto estaba recogido hacia un lado, sus ojos marrones deban testimonio de una profunda ira. Estaba inclinado hacia adelante en la silla del escritorio, usaba una camisa rosa pálida, un pantalón de vestir verde obscuro y zapatos de cuero negro, llevaba lo que parecía un reloj de oro en su mano derecha además de un par más de joyas que parecían estar hechas del mismo material.
- Así que, confírmame si lo que entendí es correcto. -
El hombre se levantó del escritorio y empezó a caminar lentamente por toda la habitación.
- El producto que específicamente te pedí que cuidaras se te escapó.......eso fue lo que dijiste ¿verdad? -
El sonido de los tacones del hombre haciendo eco por toda la habitación, acarició delicadamente los bordes de la mesa mientras se acercaba a la mujer.
- Eso es correcto. -
La mujer respondió apretando los puños y los dientes con ira, llevaba un vestido a cuadros intercalados de color negro y gris, una gabardina negra de cuello alto y una bufanda gris para ocultar su rostro, tenía una gasa cubriéndole la mejilla en la que la habían golpeado además de que esta presentaba una leve hinchazón.
- Bianca querida, ese tipo de bromas no me agradan. -
El hombre se acercó a uno de los cajones del escritorio, lo abrió y sacó una botella de licor junto a un montón de hielo el cual precedió a servir para sí mismo.
- Siento haber fallado señor. -
La mujer miró al hombre tomar un sorbo de su bebida antes de poder volver a hablar.
- Intentamos recupérala pero logró escabullirse. -
La mujer agachó un poco la mirada en frustración.
El hombre colocó su vaso en la mesa y se acercó a la mujer.
- ¿Sabes lo que he perdido por tu error? -
Tomó el rostro de la mujer con delicadeza y la levantó para que lo mirara directamente a los ojos.
- Sí señor. -
Contestó la mujer con miedo, sintió como si una serpiente se envolviera alrededor de su cuello, la asfixiaba, sintió todo su cuerpo paralizado, este hombre tenía un aura aterradoramente aplastante.
- Esta falla podría poner en discusión mi autoridad querida, tú sabes que no puedo permitir eso. -
- Le pido disculpas señor, lo que menos deseo es causarle problemas, si alguien la molesta me encargaré personalmente de silenciarlo. -
- Créeme si fueras otra persona ya te abría sustituido. -
Con las palabras del hombre los dos guardias que se encontraban junto a la puerta empezaron a moverse, ante ese acto el hombre junto a Bianca se movió hasta estar frente a ella. El hombre en cuestión mediría alrededor de 1.85m, tenía el pelo negro lacio bastante corto, sus ojos del mismo color y su piel morena con una pequeña cicatriz vertical bajo su ojo derecho.
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El precio por ser las más hermosa. (+18) (Borrador)
RomansNadenka era una chica anormal. Una belleza que roza lo sobrenatural, una mente ágil, gente que la amaba y la cuidaba. Todo lo que alguien desearía para ser feliz. Sin embargo, en un giro cruel del destino, su idílico mundo se derrumba, dejándola exp...