INFERNUM, El Último Ángel Caído

EL DIOS MENOR

El alma del hombre miraba fijamente los círculos, había solo tres que brillaban, uno era de donde había salido aquel ser y otro dos que estaba en la parte superior a este, cuando Gus iba a preguntar, este le respondió.

-De los trece círculos, solo brillan tres y uno de ellos se está apagando y no puedo responderte el porqué; dentro de los círculos están mis trece almas, hace milenios tuve que separarlas, mi poder me estaba volviendo un dios, y eso empezó a corromper mi espíritu, en el cielo no pueden existir dos dioses, lamentablemente seis almas fueron robadas por lucifer, por eso fue desterrado definitivamente.

-mira eso que está en lo más alto, es el cielo primigenio, es el tercer cielo, es enorme, hay estuvo él, sentado a la diestra del altísimo, puedes ver la magnitud de ese lugar, y así quiso hacernos guerra, él creía que apoderándose de mis almas tendría el universo mismo a sus pies.

-no podía hacer nada con estas almas, solo una de ellas podía destruirlo, así que espero milenios para encontrar la forma, de poder tener acceso a esta infinita fuente de energía.

-hasta que pudo acceder a un libro que lo llevo a buscar una ciencia y una tecnología, tan avanzada y peligrosa, que está más allá de la compresión humana; en el libro encontró una profecía, que hablaba sobre la trascendencia humana, por medio del espíritu, el cuerpo y el alma.

-había más cosas en esa profecía, pero las palabras allí escritas no eran terrenales, sino palabras cósmicas, esto lo impulso a buscar en el cosmos ese tipo de escritura, encontrando una civilización cósmica antigua y la destruyo, apoderándose de esa tecnología, de esa ciencia y la traducción de esas palabras malditas,

-su ambición por ir más allá de ese conocimiento cósmico, hizo que arrasara con civilizaciones enteras, cruzo océanos de tiempo y espacio, viajo entre universos cuánticos y encontró mi séptima alma, destruyendo sistemas solares por diversión, su poder era abismal, era un ente primigenio, a donde iba no tenía rival, hasta que llego a donde no debía.

-llego a un planeta, donde estaba mi octava alma, y pensó que iba a ser muy fácil apoderarse de ella, no obstante se encontró con unos seres antiguos, de mucha maldad y fuerza, en los cuales no habitaba la razón y eran gobernados por el cuerpo de una entidad cósmica, una deidad de un poder inconmensurable, el ente, juntos con sus vasallos, casi lo destruyen, lucifer volvió con su séquito de demonios y una gran guerra comenzó.

-si embargo, en esa cruenta guerra despertaron del letargo profundo en indómito, a otro NEMESIS y no era YAVHE, se encontraron a otro ser cósmico imparable, qué había trascendido, las fronteras de la dualidad cósmica, había creado su propio espacio-tiempo, un universo, hasta su propio cosmos, creo civilizaciones, altamente tecnológicas, que para nada le temían y les temen a estas huestes de la oscuridad.

-lucifer y sus legiones lucharon y perdieron, el problema, el cual ahora debemos afrontar, es que la huella fantasmal, de las civilizaciones arrasadas por estas legiones demoniacas, empezaron a clamar por justicia, desde las profundidades del universo.

-esto hizo temblar los cimientos del cosmos y despertó la ira de aquella entidad cósmica y primigenia, esta juro venganza a lucifer y a sus legiones; pero el punto donde todo converge es la tierra, ya que este planeta alberga el infierno, el seol, es el hábitat de la oscuridad, es el hogar de estos demonios.

-ellos ya vienen, se acercan muy sigilosamente, cuando lleguen, todo será destruido, solo uno podrá ganar, y no serán ustedes los humanos, o tal vez la leyenda sea verdadera, y exista el ser que pueda trascender.

-Sé que tu conciencia metódica y profunda te pregunta, para que lucifer quiere mis almas; tener el acceso a su poder infinito lo convertiría en un dios; para eso es necesario un cuerpo humano, con un alma y un espíritu, por eso ustedes son los llamados a ser dioses, los caídos encontraron en la ciencia robada algo que podría ayudarlos, ellos pueden crear seres artificiales que contengan el enorme poder de mis almas.