OQUEDAD

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Legión alcanzó a divisar, uno de los tantos gatos que merodeaban, esa noche lluviosa y oscura, a los cuales alguna fuerza sobrenatural, que provenía de algún lugar, inhóspito del universo, los protegía; uno de los gatos sintió curiosidad y se acercó demasiado, donde estaba este enojado y vil demonio, este con sus manos fétidas y sanguinarias lo agarro, el demonio sentía un terrible poder, que emanaba del animal y esto empezó a destruir al ente, un fuego incoloro y asesino, se había apoderado del cuerpo desnudo de legión.

Pero era más la ira que consumía, el corazón de este maldito, que no le importó para nada sentir dolor, al fin y al cabo, ya estaba acostumbrado a eso, al sufrimiento; todo en su interior se iba consumiendo, este ente empezó a destruir al felino, arrancado partes de él, empezó con su cola, iba arrancando sus garras y sus patas una a una, sus orejas, en fin.

El pobre gato chillaba de forma terrible y este saciaba su odio en él, ya que no podía hacerlo con Miranda o Ricardo, puesto que de ellos quedaba poco, hasta que de pronto, la lluvia ceso de forma brusca y repentina, la sangre del piso dejo de subir, se empezó a sentir mucho calor, este ambiente estaba cargado de dolor y de ira, la presencia de algo, estaba en ese lugar, ese alguien, que antes sus secuaces, habían notado, se encontraba ahí con ellos, estos tres demonios retrocedieron, buscando que era esto que los consumía; la luz volvió, todo se iluminó, esto hizo parar a legión de forma abrupta, tiro al gato y este empezó a desvanecer en el aire, estaban sorprendidos.

Una llama leve de color azul, consumió el sufrimiento del pobre felino, algo calmo su dolor y fue muriendo lentamente y en paz, desvaneciendo en el aire, en un silencio que hizo asustar al demonio legión; de repente, no vio venir un vacío, que se plantó frente a él, este lo embistió y lo fulmino en una par de movimientos.

Legión volvió en sí y la oquedad estaba ya encima de él, esta agarro al demonio, como si fuese un muñeco de trapo y señalo con su mano izquierda, a las otras tres entidades, y lanzo a este de forma violenta a la basura.

Legión se reincorporó y con una ira, que hacía vibrar el suelo, prendió su cuerpo en fuego nuevamente y levito con rapidez hacia esa fuerza imparable, pero esta lo detuvo de una forma vigorosa y arrancó de tajo su brazo izquierdo, y lo mando de vuelta a donde debería estar siempre y era la basura, la oquedad volvió a señalar a los demonios, que estaban petrificados del terror, y esta oscuridad indefinida hablo; era una voz humana, nada especial, pero esta no provenía de aquella figura misteriosa, esta voz se escuchaba en todas partes.

Legión, quedó atónito, un maldito demonio, no podía creer lo que escuchaba; la voz hablo con ira, está hacía calentar más, el entorno siniestro y frío del lugar; esa voz, sí que asusto, a las cuatro entidades malditas; estos no sabían que era o quien les hablaba, desconocían su procedencia.

Legión, maldita escoria del infierno, sé muy bien, que no eres un ángel, sois el cascarón de muchos demonios, tampoco sois un ser primitivo, sois una aberración del infierno, un ser creado por caídos, manos humanas y tecnologías cósmicas.

La voz que provenía de todas partes, paro de hablar, el poder de aquella oquedad, albergaba todo el lugar, Ricardo gritaba fuertemente, pidiendo que aquel vació lo matara, junto a Miranda, pero la respuesta que obtendría de eso, los haría sentir peor; hacía parecer, que aquel ser, era tan malo como aquellos demonios, pero no era así, el no ayudar a la pareja, consistía en algo más, este ser era implacable y vengativo.

Legión quería saber, quién era ese ser, —BASTA, dime que eres, acaso eres otro ángel caído, o arcángel; sabes que si lo eres, no podrás matarme, porque tengo un cuerpo humano; qué té acobarda, mejor ve y dile a tu dios que le haré guerra, o acaso eres un ser cósmico, que ha venido desde las profundidades del oscuro universo.

INFERNUM, El Último Ángel CaídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora