Adictos al Pecado (Inma y Daniel 1)

Capítulo 19: Volviendo a la tentación

Daniel

Me puse contento al ver a Inma en el hospital, me preocupó su ataque de pánico, pero no sabía que se preocupaba tanto por mí, ella vino a visitarme hasta que por fin me dieron el alta y pude volver a Info+, no quise decirle a Inma cuando iría a Info+ para darle una sorpresa, mi madre me llevó al trabajo por precaución y también para ayudarme con la sorpresa, cuando entré en la recepción Ana me miró pero hizo una mueca de disgusto, parezco ser su enemigo aunque le pidiese disculpas, mi madre dijo que esperase a Inma en la sala de descanso, solo que la sorpresa me la llevé yo al ver a Inma ahí, me acerqué a ella y la abracé.

- Quería darte una sorpresa en tu despacho-dije frustrado.

- Tu madre me dijo la sorpresa, quería yo sorprenderte-dijo Inma.

- La próxima vez seré yo quién te de la sorpresa-dije picándola.

- Eso ya lo veremos-dijo Inma divertida.

Nos sentamos en el sofá de la sala y pasé mi brazo por el hombro de Inma, lo hice con el brazo malo pero apenas sentía dolor, no quería separarme de Inma. Noté como Inma se estremecía, ella se estremecía siempre cuando le hacía eso, le encantaba él gesto que hacía.

- ¿No te duele el brazo?-preguntó Inma.

- Apenas siento dolor, tranquila-dije calmándola.

- ¿Puedo ver la herida?-preguntó Inma acariciando mis manos.

- ¿Estás segura que lo quieres ver?-pregunté preocupado por su reacción.

- Estoy segura-dijo Inma con voz firme.

Nos levantamos del sofá, Inma se colocó delante de mí, me miró un poco con miedo pero luego miró mi chaqueta, agarró las solapas de la chaqueta y me la quitó lenta y cuidadosamente, había un gran silencio entre nosotros, las manos de Inma me estaban matando, se movían lento y me acariciaba mandando descargas de placer por todo de mi cuerpo, sus manos fueron desabotonando mi camisa, cuando me la quitó, sentí los ojos de Inma en mi pecho, creo que le gustaba lo que veía porque vi una chispa de deseo en ellos, su mano izquierda se posó en mi brazo y fue bajando hasta donde estaba mi herida de bala, había quedado la marca de la bala y alrededor estaba rojo pero no me importaba, la mano de Inma se movía delicadamente, como si no quisiera que me doliera la herida, sentir su tacto en mi piel seguía mandando descargas de placer por mi cuerpo. Me dejé llevar y alargué mi otro brazo por su cintura y la pegué a mí, su otra mano hizo contacto con mi piel y escuché que a Inma se le escapó un jadeo.

- ¿Te gusta lo que ves?-susurré con voz ronca en su oído.

No respondió pero se le escapó otro jadeo, ella me miró con deseo y picardía, rozó su nariz con la mía mientras sentía sus manos posarse en mi pecho y bajar lentamente, su roce me gustaba, solo que se quedó quieta en mi abdomen y empezó a tocar mis abdominales.

- Puedes bajar las manos un poco más si quieres-susurré juguetonamente.

Sentí como Inma se estremecía, sentí sus manos bajar un poco más, solo que se detuvo de repente. Mierda, iba a tener un calentón.

- Otro día alomejor-susurró Inma divertida.

Nada más decir se alejó de mí un poco y se sentó en el sofá con una sonrisa traviesa, tenía un calentón terrible, pero si Inma quiere jugar, pues jugaremos, cogí mi camisa y me la puse rápidamente, cogí mi chaqueta y me la abotone con solo un botón.

Inma se levantó pero me moví rápido y la agarré por las muñecas y la acorrale, puse sus brazos por encima de su cabeza para sujetarla, nuestras respiraciones estaban aceleradas y nos mirábamos a los ojos, decidí acercarme más y aplastarla con mi cuerpo.