Adictos al Pecado (Inma y Daniel 1)

Capítulo 34: La bronca

Inma

La verdad eché de menos estar en el hotel, las semanas se pasaron muy rápido, hicimos un proyecto increíble omitiendo de que la ducha de Daniel estaba rota, lo que hicimos fue llamar al equipo de fontanería para que lo arreglaran sin que el director se enterase, al final Daniel pudo ducharse en su habitación, solo que me dijo que le gustó más la ducha que tuvimos juntos.

A mí también me gustó, para qué negarlo.

Estuve guardando la ropa en la maleta e hice la cama, coloqué las cosas tal y como me las encontré, quedó todo limpio, como si no hubiese entrado nadie, salí de la habitación y fui a recepción, el director y su ayudante estaban hablando con Daniel.

- Espero que hayan disfrutado la estancia aquí-dijo el director.

- Lo hemos disfrutado-dijo Daniel.

- La comida estaba increíble-dije con una sonrisa.

Era verdad, en el comedor había buffet libre durante la comida y la cena, y la comida estaba riquísima.

- Ojalá los veamos muy pronto de nuevo aquí-dijo el ayudante.

- Seguro que sí-dijimos Daniel y yo a la vez.

Nos despedimos y fuimos a nuestros coches, nos hubiese gustado irnos a casa, pero teníamos que ir a Info+, teníamos que entregar el proyecto al jefe, no entendía porque tanta insistencia pero había que hacerle caso, hasta Daniel estuvo de acuerdo conmigo, espero salir de Info+ rápido para irme a casa para...

Bueno para estar Daniel y yo juntos sin distracciones.

Tras un trayecto un poco largo, llegamos a Info+, aparcamos el coche juntos, cuando salí Daniel me alcanzó y me agarró de la muñeca.

- Antes de entrar te quería preguntar una cosa-dijo Daniel.

- Claro-dije un poco confundida.

- Esto no te lo dije pero me gustó el vestido rojo que llevabas en la discoteca-dijo Daniel.

Cuando dijo eso sabía a dónde quería llegar, sabía la pregunta que me iba a hacer pero quería escucharlo.

- ¿Te pondrás algún día el vestido para mí en privado?-preguntó Daniel.

- Puede-dije divertida.

- No me hagas esto chica traviesa-dijo Daniel.

- Venga, tenemos un proyecto que entregar-dije tirando de él.

- No me apetece nada-dijo Daniel.

- Ni a mí tampoco-dije seria.

Daniel se detuvo y me miró, acarició mi mejilla mientras su rostro se acercaba, sus labios rozaron los míos y nos besamos, nuestras lenguas volvieron a encontrarse y jugueteaban, nos separamos un poco y vi que en los ojos de Daniel había deseo, su mano abandonó mi mejilla y tocó la punta de mi nariz, al instante me reí.

- ¿Qué pasa?-me preguntó Daniel sonriendo.

Toqué mi nariz y la sentí fría, empecé a reírme más.

- Que mi nariz está fría-dije riéndome.

La risa se fue porque sentí su dedo acariciar mis labios.

- Pero tus labios no-dijo Daniel mientras me acariciaba los labios.

Me gustaba sentir su dedo recorrerme los labios, lo apartó y volvió a besarme, nunca me cansaría de sus besos, podría seguir besándole todo el día, pero por desgracia teníamos que entregar el proyecto.