Capítulo 22: El reproche

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Inma

Cuando me puse mi camisa me miré en el espejo, tenía las mejillas bastante rojas, pero ese no era mi problema, estaba excitada y le había confesado a Daniel que lo había echado de menos, se lo quería haber comentado en un momento romántico la verdad, habíamos estado apunto de besarnos, pero Daniel se echó atrás, pero lo que más me asustó fue que antes de que Daniel viniese el jefe, entró y estuvo apunto de hacerme algo, voy a hablar con Aitor para que investigue sobre esto.

Me eché agua fría en las mejillas, y esperé un poco hasta que vi que mis mejillas no estaban rojas, subí el ascensor hasta la planta 8 y fui al despacho de Daniel, al abrir la puerta vi que él estaba con el ordenador, me miró con una sonrisa juguetona cuando vio que era yo la que estaba en la puerta, cerré la puerta para tener más privacidad.

- Has tardado mucho en el baño-dijo Daniel con tono divertido.

- Lo sé, has hecho trampas, no me dijiste que se podía provocar cuando me advertiste-dije mirándole.

- Sabes que tú puedes hacer lo mismo verdad-dijo Daniel.

- Has estado apunto de perder lo sabes-dije provocándolo.

- Recuperé la cordura justo a tiempo Inma, sabes que tengo muchas ganas de besarte, pero hasta que no te haga la pregunta no te besaré-dijo Daniel.

- No te vale que te dijera que yo también te he echado de menos-dije molesta.

Daniel se levantó y se apoyó en la mesa justo cerca mío, levantó su mano y acarició mi mejilla.

- Si te digo la verdad no me esperaba que me lo dijeras hoy, sé que esto te está matando, pero esta vez no voy a ceder-dijo Daniel.

Lo miré a los ojos y me lamí los labios, al instante su pulgar rozó mis labios mandando una descarga enorme por todo mi cuerpo, abrí mis labios un poco para soltar un jadeo, Daniel se levantó pero siguió mirándome con deseo, volvió a acariciar mis labios hasta que dejó el dedo en el medio de mis labios, los volví a abrir para pasar mi lengua por su dedo mirándolo con picardía, el brillo en los ojos de Daniel era cada vez más intenso, se inclinó hacia delante, volviendo a rozar mis labios con los suyos pero no los besó, besó mi barbilla, subió hasta la nariz y besó mi frente, luego bajó para rozar su nariz con la mía, volví a sentir su mano acariciarme la mejilla y pasando un dedo por mis labios.

- Abre la boca-susurró Daniel con voz seductora.

Aunque estuviésemos en el despacho, me dio igual, estaba tan excitada que abrí mi boca y su dedo se deslizó rápidamente dentro, mi lengua acarició su dedo con delicadeza, luego sacó el dedo de mi boca, y vi que se llevaba el dedo a la boca para lamer mi saliva.

- ¿Te ha gustado?-susurró Daniel juguetonamente.

- Si, y sé que a ti también-dije picándolo.

- Ven aquí-dijo Daniel.

Sentí sus brazos fuertes alrededor mío y me abrazó, me gustaban sus abrazos, mi cabeza pensaba en que debía provocarlo, él ya lo había hecho dos veces en este día, así que puse en marcha mi plan.

- Esto todavía no ha acabado-dije juguetona.

Daniel me miró sorprendido, fui bajando una mano lentamente y cuando llegué hasta su miembro, lo apreté por encima de la ropa y al instante se endureció, a Daniel se le escapó un gemido y tuvo que sentarse, me acerqué más a él y acaricié su mejilla, luego pasé un dedo por sus labios.

- Si quieres más ya sabes dónde encontrarme-dije provocándole.

Daniel me miró sorprendido, me di la vuelta para marcharme de su despacho, pero volví a oír su voz.

- Inma-dijo Daniel.

Me di la vuelta para mirarlo, pero vi que se levantó de la mesa y fue directo a donde estaba yo.

- Antes de que te vayas, sabes que tendrás que tener paciencia hasta que te haga la pregunta, nos estamos provocando y no ha estado mal las sesiones que hemos tenido hoy, pero no cederé más-dijo Daniel.

- No aguanto más esta tortura-dije quejándome.

- Créeme que yo tampoco, pero sé que esta tortura acabará pronto-dijo Daniel.

Me abrazó unos segundos hasta que posó sus labios en mi frente y besó mis mejillas que volvían a estar rojas, sentí su mano otra vez acariciar mi mejilla.

- Nos vemos esta tarde-susurró Daniel.

Le miré a los ojos una última vez antes de irme de su despacho para ir al mío para aclarar mis ideas y calmar los calentones que he tenido.

Cierro los ojos y de repente recuerdo cuando nos besamos por primera vez, tengo muchísimas ganas de volver a sentir sus labios suaves sobre los míos.

También espero que esta tarde pueda acostarme con él.

Adictos al Pecado (Inma y Daniel 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora