Capítulo 30: Confusión y pasión

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Inma

Daniel y yo no volvimos a hablar por Whatsapp cuando nos distanciamos, la verdad, no me atrevía a hacerlo.

Me sentía un poco confundida por lo que había pasado, solo por haber caído en una trampa, Daniel ponía distancia entre nosotros, como si tuviera miedo.

Nada más llegar al hotel me recibieron el director y su asistente, se habían enterado de que Daniel y yo vendríamos al hotel, se sorprendieron porque no vieron a Daniel conmigo, me inventé una excusa de que él vendría más tarde.

Me hicieron un tour por el hotel, vimos el jardín donde estaban las piscinas climatizadas, me resultaba extraño que tuvieran las piscinas al aire libre, me dijeron que con el aire frío que hacía templaban el agua de la piscina, después me enseñaron el comedor, la cocina y la discoteca.

Me acompañaron a mi habitación, era muy grande, la cama era de matrimonio, con terraza y un baño enorme.

Aunque hacía frío quería bañarme en la piscina, quería calmar el estrés de los últimos acontecimientos, abrí la maleta y saqué un bañador negro de una pieza, cogí una toalla y unas chanclas. Me eché un poco de crema solar y cogí mis gafas de sol, bajé a la piscina y dejé las gafas y la toalla en la tumbona, bajé las escaleras de la piscina y me metí sin pensarlo, el agua estaba templada y agradable.

- Que relajante-dije en voz alta.

Vi que había una piscina pequeña al lado de la grande, me dijeron que solo la utilizaban los niños y alguna excepción de personas que querían relajarse.

Nadé un poco más hasta que sentí que tenía frío, salí del agua y me tumbé en la tumbona, me arropé con la toalla y me puse a tomar el sol.

Daniel

Había estado un poco nervioso por cómo iba a ser mi encuentro con Inma en el hotel, el director y su asistente me recibieron y me enseñaron el hotel, tuve un impulso de preguntarles en qué habitación estaba Inma pero me contuve.

Cuando me fueron a enseñar la piscina vi que alguien nadaba ya en ella, cuando esa persona salió del agua vi que era Inma, mis ojos la miraban sorprendidos, solo que ella no reparó en mi presencia. Tuve un impulso de morderme el labio al verla con ese bañador de una pieza ajustado a sus caderas, me lamí los labios y seguí al director y a su asistente hasta mi habitación. Era muy grande y espaciosa, me dijeron que todas las habitaciones eran iguales, cama grande, terraza y baño grande.

Cuando me dejaron solo la imagen de Inma en bañador llenó mi mente y ahí sí que pude morderme el labio al imaginarla quitándole el bañador y penetrándola.

Había cometido un terrible error al poner un espacio entre nosotros, pero lo iba a arreglar.

Inma

No sé porqué me dio el impulso de entrar en la piscina pequeña, pero quería estar tranquila.

Quería estar relajada con mis pensamientos, entré y al sentarme me sentí en la gloria, el sonido de que alguien se había tirado a la piscina interrumpió mis pensamientos, giré la cabeza y vi que Daniel se había tirado a la piscina, mis ojos vieron cómo sus brazos fuertes se movían para nadar, me mordí el labio al imaginarme pasar yo la lengua por su pecho y sus bíceps, lamer el agua de la piscina.

Sacudí la cabeza para alejar aquel pensamiento erótico, Daniel paró en el bordillo y me miró a los ojos, sus ojos me parecían hipnotizantes, vi como flexionaba los músculos y vi como salía de la piscina, me quedé embobada mirando sus abdominales hasta que ya pude apartar la mirada, me quedé mirando la vaya del hotel hasta que sentí una presencia detrás mía, sabía que era Daniel y no giré la cabeza, sentí que se metía en la pequeña piscina pero no se colocó a mi lado sino que se puso encima de mí, miré confundida a Daniel pero solo había deseo en su mirada.

Noté su mano acariciarme la mejilla, tenía la mano fría, su cabeza bajó hasta mi pecho, donde estaba mi tatuaje, lo besó y me miró a la cara.

- No debí poner distancia entre nosotros, fui un cobarde-dijo con mirada triste.

- Sé que tenías miedo, yo también, pero me dolió ver que me alejabas de tu lado de nuevo-dije triste.

- Quiero solucionarlo-susurró Daniel.

Sentí que me besaba el cuello, sus labios estaban más húmedos por el agua de la piscina, sus manos recorrieron mi cuerpo impaciente, bajó un tirante del bañador y sentí frío, pero luego sentí calor al notar los labios de Daniel sobre mi piel, bajó hasta mi pecho derecho y lo lamió, sentí que rodeaba el pezón con sus dientes y contuve el gemido que estuvo apunto de salir de mi garganta, apreté el bordillo con mis manos, Daniel bajó la mirada a mis manos y al instante me miró, había lujuria en su mirada, colocó el tirante del bañador en mi hombro y al instante cogió mis manos y las colocó en sus hombros, sentí que soltaba una de mis muñecas, cogió mi otra mano y la fue bajando por su pecho, me mordí el labio al saber lo que iba a hacer, sentí sus abdominales en mi mano y bajó hasta su miembro, estaba duro cuando mi mano lo rozó por encima del bañador, movió mi mano y sentí que se endurecía más, a Daniel se le escapó un jadeo.

- Te gusta-dijo Daniel.

- Si, ¿y a ti?-pregunté mirándole, aunque ya sabía la respuesta.

- Si-dijo en un jadeo.

- Estás muy duro-dije con una sonrisa traviesa.

- Apriétalo-susurró Daniel con voz ronca.

Los ojos de Daniel me miraban feroces, su mano soltó mi muñeca y apreté su miembro, escuché como Daniel gemía.

Su mano volvió a acariciarme la mejilla pero un dedo bajó un poco más hasta acariciar mis labios, su otra mano apretó mis pechos y gemí, sentí su mano bajar un poco más hasta llegar a mi intimidad, apartó la tela y metió un dedo, un suspiro escapó de mis labios y Daniel se acercó, sus labios rozaron los míos y me besó con fuerza, me dejé llevar por la pasión y sentí su lengua acariciar la mía, sentí que otro dedo entraba y al instante noté como sus dedos se movían dentro de mí, clavé las uñas en sus hombros y gemí en su boca, sus dedos empezaron a moverse con rapidez, mis gemidos los callaba Daniel con sus besos, me besaba sin parar hasta que llegué al orgasmo, Daniel mordió mi labio inferior mientras recuperaba el aliento.

Al instante me desperté en la tumbona, respirando rápidamente. Mierda, todo fue producto de mi imaginación, me había dormido y había tenido un sueño erótico con Daniel, mi bañador estaba seco, bueno no del todo, me desperté mojada de la excitación y con los puños apretados, miré a mi alrededor y vi que Daniel me miraba a lo lejos con una sonrisa burlona, creo que había visto todo.

Adictos al Pecado (Inma y Daniel 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora