Capítulo 7: El karma

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Inma 

Al oír la alarma me sobresalté tanto que casi me caigo de la cama, me pasé la mano por los ojos para quitarme las legañas de los ojos, levanté la persiana de la habitación sin hacer ruido para no despertar a Jim y abrí la ventana, el viento otoñal me recibe y hace que me despierte aún más. Abro la puerta lentamente y me voy a la cocina, abro un plátano y me lo como mientras me preparo el desayuno, cuando me termino el plátano saco la taza del microondas y le hecho dos cucharadas de colacao a la leche, lo remuevo bien y me voy tomando a tragos pequeños porque quema un poco, hecho mermelada de fresa a la tostada y me la como a bocados, estoy nerviosa por mi primer día.

Tras terminar de desayunar, friego los cacharos y dejo que se sequen mientras me lavo los dientes, voy al armario de mi habitación para decidir qué me pondré hoy, decido ponerme una camisa negra que enseña un poco mis brazos, una falda de cuero negra que casi llega a mis rodillas, unas medias negras, una malla negra y unas botas de tacón alto, me lavo la cara y me pinto los labios de un rojo oscuro, mis uñas están pintadas de negro y para añadir el toque final me pongo unas pulseras, collares y anillos, y también me pongo los pendientes ya que no duermo con ellos por miedo a perderlos, me cepillo mi pelo que se empieza a ondular, me gustaba tener el pelo ondulado.

Al mirarme al espejo me sonreí a mí misma, pero mi sonrisa se fue al mirar los tatuajes de mi brazo y mi pecho, eran recuerdos felices pero a la vez tristes. Salí del baño y cogí una carpeta y la metí en mi bolso, cogí las llaves del coche y me metí en él, le mandé un mensaje a Laura sobre mi horario y le pregunté que si hoy a las dos de la tarde podría ir a verla, ella me respondió en seguida que podría verla ese día, sonreí mientras cantaba las canciones que ponían en la radio aquella mañana, llegué a Info + con una gran sonrisa y vi a Ana en la mesa de recepción, al pasar por la puerta giratoria levantó la cabeza y me miró y vi que sonreía, se levantó y fue hacía donde estaba yo para abrazarme.

- ¿Qué tal estás?-preguntó Ana.

- Muy bien, solo que un poco nerviosa por mi primer día-dije temblando.

- Lo harás genial, te llevaré a tu despacho, está en la planta 8-dijo Ana.

- Vale, intentaré acordarme-dije sonriendo.

Nos metimos en el ascensor y hubo un silencio un poco incómodo que menos mal Ana decidió romperlo.

- Daniel preguntó por ti ayer-dijo Ana en voz baja.

Ahora yo estaba aún más incómoda, pero tenía curiosidad por lo que dijo.

- ¿Y qué pasó?-pregunté seria.

- Le respondí fríamente que no era asunto suyo como tú me dijiste, le dije que te dejara en paz y que superase lo vuestro que ya no existía, solo que me dijo que no tenía novia y no sé si creérmelo-dijo Ana.

- Mejor no lo creas, pero alomejor podemos investigar si dice la verdad-propuse.

- O comprar una máquina de la verdad y de la mentira-dijo Ana.

- Mentiría, Daniel miente bien, sería imposible sacarle la información hablando con él-dije seria.

- Pues habrá que investigarlo sin que nadie lo sepa, habrá que contratar un detective privado-dijo Ana.

- Conozco a alguien que lo es, pero no creo que quiera ayudar-dije seria.

- ¿Por qué no crees que te ayudará?-preguntó Ana confusa.

- Porque desde que Daniel jugó conmigo, mi amigo le puso la cruz y le odia, no creo que quiera investigarlo porque no habrá trapos sucios-dije seria.

Adictos al Pecado (Inma y Daniel 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora