3. Volviendo a casa.

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Estoy en una casa, el living en donde me encuentro es perfecta, tiene un sillon enorme en frente del televisor y un lugar de juegos. ¿Dónde estaré?, Parece un lugar vacío, nadie está en casa por lo que se ve, ya que no hay ruido alguno ni presencia en sí.

Recorro el lugar examinando las cosas hasta que escucho un ruido y me quedo quieta. Son voces que se acercan cada vez más al lugar, no comprendo lo que dicen porque todavía están lejos pero son de niños ¿serán mis bebés? Me pongo nerviosa por verlos, quiero abrazarlos espero que me reciban con amor.

Me quedo muy quieta, parezco una estatua por los nervios. Los veo bajar las escaleras hablando hasta que se fijan en mí, están sorprendidos y me quedan mirando como si no lo creyeran, como si fuera un fantasma.

-¿Ma.. mamá eres tú?- me pregunta Tommy comenzando a llorar.

- Si mis pequeños soy mamá- les respondo con lágrimas en los ojos.

- Mamá volviste, no nos abandonaste, si nos quieres- me dice Billy sonriendo con lagrimas.

- Mis bebés, yo nunca podría dejarlos, ni abandonarlos, son mi vida y los amo- les digo llorando más fuerte, me parte el corazón saber que ellos pensaron que los dejé.

Los dos salen corriendo de sus lugares y chocan conmigo en un eterno abrazo, me abrazan fuerte al igual que yo a ellos y cada vez con más lágrimas que escapan de mis ojos. Por fin los puedo abrazar y no los quiero soltar nunca, me agacho para ver sus caritas, limpio las lágrimas que escurren y acarició sus hermosas facciones. Son reales y no productos de mi imaginación o sueños, son más perfectos de lo que recuerdo.

- No puedo creer que estas de nuevo con nosotros - dice Tommy más calmado y Billy asiente.

- No me volveré a ir nunca más, se los prometo, ustedes son lo más importante- les digo, abrazando a los dos de nuevo.

Parece que mis palabras fueron un detonate porque veo como mis hijos se miran como si se hubieran olvidado de algo y se miran con asombró y espanto, ellos se están comunicando sin hablar como hacíamos Pietro y yo.

-¿Ma?- llama mi atención uno de ellos, lo miro para que continúe.

- Quédate aquí por favor, no te muevas por nada del mundo queremos darte una gran sorpresa- me dice Billy emocionado y Tommy asiente con una gran sonrisa.

- Esta bien, no me moveré de aquí- le respondo desconcertada.

Ellos salen corriendo por la sala y vuelven a subir por las escaleras, escucho sus pasos hasta que se pierden. Me quedó quieta como me dijeron mis pequeños, ¿que será la sorpresa que me quieren dar?, No lo sé, pero yo ya estoy muy feliz de estar aquí y no me pienso ir nunca.

Después de un rato largo escucho de nuevo las pisadas que se acercan y una voz diferente que se me hace conocida.

- ¿Niños?- llama su atención- no pueden ir diciendo mentiras- dice - No está bien jugar así con los sentimientos, yo también quiero que vuelva y ustedes lo saben pero hay cosas que no pueden ser- termina por decir la voz, se escucha quebrada como si intentará detener las lágrimas, pero no puede.

- Es mamá, lo juró, no estamos mintiendo volvió, la abrazamos es real- dicen los dos al mismo tiempo.

En eso se detienen los pasos y veo que alguien se agacha y agarra las mejillas de mis niños.

- Mis brujitos, ustedes saben que son lo más preciado que tengo, a los que más amo en este mundo y quiero que sepan que yo también la veo todo el tiempo, cada vez que cierro los ojos veo su hermosa sonrisa, puedo oler su perfume y hasta tocarla pero no es real, ella ya no esta con nosotros y eso duele aquí- dice apuntuntando su corazón.

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