La mejor amiga de alastor

Capítulo 10

Era ya invierno en nueva Orleans, faltaban dos días para noche buena, (t/n) se encontraba despidiéndose de su amiga, esta vez se había fijado de la hora en su reloj por lo que salía de la casa de su amiga temprano y no en la noche como acostumbraba a hacer por accidente.

Habían estado hablando sobre las ventas que estaba haciendo su amiga en su emporio, esta había decidido empezar a vender pequeños dijes como relicarios en donde se podían poner fotos, pulseras con dijes que se compartían e incluso collares que tenían la misma idea, todos esos accesorios habían sido creados para compartir entre dos personas o más, se podría decir que era la nueva moda por lo que se estaba vendiendo como pan caliente, en especial en estos días que se buscaban regalos para el 24 de diciembre.

A (t/n) le había gustado la idea, que mejor forma de complementar una amistad que teniendo algo para compartir con tu mejor amigo, algo físico claro está, no dos sombras con pensamientos propios cada una. Estaba decidido, ese sería el regalo que (t/n) le daría a Alastor por navidad, su amiga le había mostrado las opciones que tenía tratando de obtener un poco de dinero, pero ninguna le había convencido a la castaña, todos eran demasiado femeninos y lindos como para encajar con la personalidad de Alastor, por lo que había decidido salir el día de mañana a buscar algo más de su agrado. Por mientras terminaría de hablar con su amiga Rosie y se dirigiría a casa antes del anochecer.

En cambio, en la casa de ambos castaños se encontraba Alastor cocinando la cena de ese día mientras esperaba que (t/n) llegara a casa, era ayudado por su sombra, la cual pasaba los ingredientes que le pedían, al cabo de una hora la comida estaba hecha, solo faltaba servirla, lo cual estaba haciendo hasta que escucho la puerta de la casa ser abierta, seguido de eso pudo ver una sombra femenina que se había acercado a saludar y le arrebataba lo que tenía en manos para terminar de servir la comida. En eso entro (t/n) a la cocina saludando a Alastor con uno de sus fuertes abrazos que le daba de vez en cuando, Alastor correspondió el abrazo suavemente y dirigió a la castaña a la mesa la cual había terminado de ser acomodada por lo que procedieron a cenar, alimentando también a las dos sombras que se encontraban ahí.

-Al día siguiente-

(t/n) se encontraba recorriendo las calles de Luisiana, entraba a todas las tiendas que veía que vendían bisutería, pero no lograba encontrar lo que buscaba, encontraba demasiadas pulseras en todos los lugares, y Alastor no usaba pulseras, mucho menos unas tan femeninas como las que se encontraba, también habían collares con una sola letra, pero ninguno le gustaba, y si había alguno que si, no lograba encontrar las dos letras que necesitaba, otros eran demasiado grandes, o su dije no era el más bonito, etc. incluso los anillos que encontraba no eran lo que ella quería, o tenían demasiadas piedras, o eran muy grandes, o era algo extremadamente simple, tanto que era feo a la vista, además de que la mayoría de accesorios que encontraba decentes rebasaban la cantidad de lo que podía permitirse pagar, lo cual no entendía el porque, ya que esos accesorios no eran de lo más bonito a decir verdad, le sorprendia que existiera alguien que pague esa cantidad por esas baratijas.

Ya estaba anocheciendo, algunas tiendas ya habían comenzado a cerrar, estaba por darse por vencida hasta que paso junto a una tienda que parecía vender antigüedades, pero que tenía su pequeña sección de accesorios, además de que la tienda seguía abierta, decidiendo que no perdía nada con ir a mirar, entro en ella dirigiéndose hasta los accesorios, los observaba con detalle, todos eran muy hermosos, pero seguía sin ser lo que buscaba, además que no veía que alguno se pudiera compartir, estaba a punto de retirarse hasta que el encargado de la tienda la detuvo.

_¿busca algo en especial señorita?_parecía ser una mujer de la tercera edad, se veía amigable a su parecer, y le daba cierta confianza.

_buscaba un regalo, uno el cual se pueda compartir_