—¿No piensas decir nada?
Su voz sonaba tan rota que me estremecí. Al otro lado de nuestro salón, los labios de Agoney estaban apretados con fuerza, amenazando con volverse violetas.
» Claro que no dices nada, ¿qué vas a decir? ¿Tendrías los huevos de mentirme a la cara? —Es como si mascara cada palabra y la escupiera en el suelo bajo mis pies.
—Lo siento. —Le puse el sentimiento de cada escena.
—Pero no lo sientes en absoluto, porque si lo hicieras no me habrías mentido a la cara de esa manera.
Tenía razón, al menos en parte. No me arrepentía de lo que había conseguido gracias a esto, pero tenerlo delante y saber que traicioné su confianza de la peor manera posible..., tocaba una parte de mí que estaba intentando ocultar bajo la frialdad que debe caracterizar a todo buen actor.
—Mira, Ago, no puedo hacer esto ahora mismo. —Le enseñé el móvil, donde se mostraba la llamada de Ana—. Tengo que coger el vuelo. Te llamaré cuando me instale y hablaremos.
—No. —Apenas me moví un centímetro y ya estaba hablando—. Quiero hablar ahora, quiero que me expliques qué se te pasa por la cabeza para hacerme esto sin consultarme antes. Necesito entenderte porque estoy muy confuso ahora mismo y, joder, Raoul, ¿por qué? —Se le cortó la voz, y la piel bajo mi jersey se erizó ante ese sonido.
Pero llevaba años sin apenas abrirme sobre mis sentimientos negativos hacia él, no iba a empezar justo antes de un viaje al que llegaba tarde.
—Ahora no puedo. De verdad, como pierda ese vuelo Ana me mata.
Me giré, pero era evidente que él no quería dejarlo estar:
—¿Quién cojones eres y qué has hecho con un novio decente?
Cerré los ojos, incapaz de seguir allí recibiendo ataque tras ataque.
—Nueva York no espera a nadie.
—Pues coges otro vuelo, te lo pago yo, me da igual, pero habla conmigo, que para algo soy tu novio. ¡Solo dime por qué, no es tan difícil!
Sí que lo era. Me arriesgaba al odio más profundo, más aún que el que ya tenía.
—¿Qué más hay que hablar? Parece que tienes claro que soy un monstruo.
—¿Qué dices? No creo que seas un monstruo, solo quiero que me lo expliques para entenderte. —Se rio, histérico de los nervios.
—No puedo, lo siento. —Hice amago de marcharme.
—Si sales por esa puerta sin que me lo hayas explicado, no vas a volver a entrar a mi piso como mi novio. —Se le cortó la voz.
«Mi piso». Se me congeló la mano en el picaporte, mientras el móvil seguía sonando.
—¿Cómo?
—Habla conmigo ahora o hemos terminado. —Fue un ultimátum rápido y conciso, con la seguridad de que iba a conseguir su objetivo.
—Muy bien. —Me volví por última vez—. Ya ni siquiera estoy enamorado de ti, me lo pones fácil.
Solté las llaves sobre la mesa más cercana y salí con rapidez, sin querer ver cómo palidecía, arrastrando mi maleta. Tenía el móvil vibrando con fuerza, tenía que coger el ascensor para que Ana y el chofer no perdieran pelo por el estrés.
Pero no lo hice, no de inmediato.
Esperé con paciencia. Tenía claro que la relación estaba destinada a acabar desde hacía bastante, pero no pensé que sería así de dramático. En principio, solo era esa chispa que se había apagado. Pero tuve que cagarla y ahora me enfrentaba a las consecuencias.
Esperé un par de minutos de cara a la puerta, como esperando una última súplica que no llegaba. Negué con la cabeza para mí mismo. Agoney estaba cansado de tirar del carro él solo, pero sabía que, si no fuera por lo que le había hecho, habría salido a buscarme al instante. Casi podía sentir cómo me observaba a través de la mirilla, sin atreverse a pasar.
Cuando creía evidente que no saldría a por mí, me dirigí hacia el ascensor. El pasillo no es muy grande, pero forma una esquina que impide que se vea nada desde las puertas.
Por eso, cuando la puerta se abrió de golpe, no me vio.
—Maldito orgulloso, que tendré que ser yo... —escuché, congelándome las venas.
Lo estaba haciendo. A pesar de lo hijo de puta que había sido con él las últimas semanas, con el inglés, con mi marcha y con ese correo, estaba luchando por mí. Apreté los labios y no dejé escapar un sonido. No quería que notara que seguía ahí.
La puerta del ascensor se abrió, interrumpiendo el silencio del edificio. Subí con cuidado, no sin antes escuchar sus últimas palabras hacia mí, plagadas de rabia:
—Me queda todo clarísimo, muchas gracias.
Tragué saliva y suspiré. Era lo mejor para ambos: porque yo ya no sentía lo mismo y era inútil seguir fingiendo, y porque él merecía a alguien mejor, alguien que pensara en los dos y no solo en su propio culo. Por mucho que intente negarlo, fui un cabrón.
La puerta del coche que me llevará al aeropuerto estaba abierta. El chófer asomó su cara por encima del techo.
—Señor Vázquez, me temía lo peor... Tenemos que irnos o no llegaremos al avión. ¿Ha acabado lo que tenía que hacer aquí?
Con una mueca, eché un vistazo al balcón del que, hasta entonces, había sido nuestro hogar.
—Sí. —Metí la maleta en el maletero, sin bajar la mirada—. Aquí ya he acabado.
Entré en el coche con cierto alivio. Necesitaba estar lo más lejos posible de allí.
—¿Qué ha pasado? Llevas una cara...
—Ago se enteró de lo que hicimos. —Me mordí el interior de la mejilla mientras ella exhalaba un grito—. Ha roto conmigo.
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holi, buenas, antes de que me matéis, voy a explicar un par de cosas:
en primer lugar, muchas gracias por estar aquí, tengo un cariño increíble a esta historia y a estos personajes y espero que vosotros lleguéis a quererlos aun con sus defectos (que son alguno que otro)
lo segundo es que en esta historia me la he jugado con una estructura muy distinta a mi habitual: está narrada por completo en primera persona y con dos narradores. Esta escena que acabáis de leer es el punto 0 que une sus narraciones. Raoul, como ya habéis visto, narrará el pasado, desde que se conocen hasta este punto exacto, la ruptura. es decir, volveréis a leer esta escena, en unos meses, pero con todo el contexto de qué carajos está pasando :)
Ago narrará el presente, unos seis meses después de esta escena, desde que tienen que reencontrarse hasta... quién sabe :)
por suerte para vosotros, nos vamos a ver en 4 dias para el primer capítulo en presente de Ago, así que... de momento podéis decirme qué os ha parecido y por dónde creeis que van los tiros de esta discusion a medias :)
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Pareja de oro-RAGONEY
Fiksi PenggemarEn el punto 0 de esta historia, una pareja acaba una discusión con el corazón tan roto como su relación. Cinco años en el pasado, Raoul nos cuenta cómo se conocieron, se enamoraron, y se amaron hasta que empezó a ser más real delante de una cámara q...