8. 2018-Raoul

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2018. Raoul

Agoney y yo terminamos nuestros rodajes con apenas dos semanas de diferencia. A pesar de ser él quien terminó primero, es la época en la que menos nos vimos.

El final de su rodaje era en Santa Cruz, así que, una vez terminado de grabar, decidió aprovechar para pasar unos días en el sur de la isla con su familia. A pesar de su desconexión, hablábamos todo lo a menudo que me permitían las grabaciones, porque eso no nos lo podía quitar nadie.

Tres días después de recibir mis segundas flores con el fin del rodaje de «Totally (un)expected», por mi segundo proyecto terminado, me enteré de que Agoney volvía a Madrid, y no por un mensaje suyo, sino de Nerea:

¡¡PON TELE5 YA!!

Con el ceño fruncido, alcancé el mando de mi televisión y cambié de canal con rapidez. Me recibió la cara de Agoney, notablemente cansada, a pesar de las gafas de sol que le tapaban los ojos. Me incliné hacia él mientras subía el volumen de Socialité.

—Dios mío, qué largo se me está haciendo este camino. —Rio en ese momento.

El plano cambió a uno mucho más alejado, donde se le veía arrastrando una maleta de mediano tamaño, con una mochila apoyada en uno de los hombros y un montón de micrófonos persiguiéndolo. Cogí mucho aire. No había ni salido del aeropuerto y ya lo estaban acosando.

—Ago, ¿algo que comentar acerca de las imágenes que salieron de ti con Raoul? —Me puse recto de golpe. Así que iba de eso la cosa.

—No mucho, la verdad. —Arrugó la nariz en una sonrisa que se notaba molesta—. Acabo de terminar de grabar una peli, ¿de eso no hablamos?

—¿Raoul y tú vais en serio?

—Ya veo que no. —Suspiró—. Raoul y yo somos grandes amigos. De lo mejor que tengo en la industria, junto a Nerea. Fin de la historia.

—En las imágenes que se captaron hace mes y medio, se os veía muy apasionados en esa playa de Málaga.

—¿Estás feliz?

—Yo siempre estoy feliz, porque si no me amargaría entre todo esto. —Se abrió paso entre el grupo de periodistas, pero la cámara seguía captándolo—. De verdad, no crean todo lo que se puede ver en la tele. A los paparazzis os gusta mucho inventar a partir de una imagen sin contexto.

—¿Qué tiene sin contexto vuestro beso?

—La película que os estáis montando —contestó, presionando el botón del ascensor—. Esa sí que sería curiosa de protagonizar.

Como veían que estaba a punto de escapárseles, acercaron todavía más los micros. Si no había estallado ya, era el rey de la paciencia, sin duda.

—¿Lo has echado de menos estas semanas en las islas? ¿Habéis estado en contacto?

—Alguna vez hemos hablado. Él también acaba de terminar de rodar una serie. Deberíais verla, va a ser una pasada. Ahora me voy a mi casa, que estoy agotado del viaje.

—¿Y a Raoul cuándo lo verás?

—¿Quién sabe? Empiezo promo ahora y tengo vacaciones entremedias, a lo mejor tardo un poquito en poder quedar con él. No os vayáis a preocupar por nosotros.

Vino esa misma noche, cuando ya había desistido de intentar contactar con él y acababa de cenar. Se presentó con una de sus medias sonrisas y una gorra echada hacia atrás que le daba aspecto más juvenil de lo que él ya era.

—Ey, ¿qué tal el fin de rodaje?

Fue la última palabra que pronuncié antes de que me metiera la lengua hasta la garganta y me arrastrara hasta la cama. Parecía con prisas, pero también con ganas de estar en un lugar cómodo, donde se sintiera seguro.

Pareja de oro-RAGONEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora