2021/2022. Raoul
La mudanza duró hasta mediados de abril, entre muchas decisiones sobre qué era mejor llevarme, qué donar y qué dejar para que el casero lo ofreciera a próximos inquilinos. El apartamento de Agoney ya estaba completamente amueblado, así que solo me quedé con el juego de cama que había comprado hacía no tanto, un jarrón que me habían regalado en una promo y un pelador de patatas bastante más eficiente que los cuchillos que tenía mi novio.
Tardamos tanto en llevar toda mi vida a su apartamento porque, a pesar de que él estaba en un parón por acabar su rodaje, a mí me estaban llegando bastantes cosas todavía. En varias de ellas sí que empecé a pasar de fase, hasta que al final, coincidiendo casi con la finalización de la mudanza, me cogieron para una que tenía un concepto bastante interesante: la historia de una banda falsa, desde que conocen al último miembro del grupo hasta que empiezan a triunfar.
Pretendían alargar las grabaciones lo máximo posible durante 2021 para hacer ver el paso del tiempo en cambios de pelo y barbas, así que se me empezó a presentar un año bastante ocupado, como ya vaticinaba Agoney.
El primer fin de semana después de terminar la mudanza, celebramos una fiesta, que habría pretendido ser pequeña si no se hubiera juntado todo el mundillo del famoseo de Madrid. Si en un primer momento queríamos invitar a un par de miembros del rodaje de Ago, a Nerea y a varios amigos en común, acabamos en una situación en la que, mirara donde mirara, lo más probable es que conociera a la persona por haberla visto en redes sociales o en la tele, no por tener una buena relación. O una relación, por no ponernos exquisitos.
A mitad de la fiesta, me hicieron dar un pequeño discurso porque por lo visto también se estaba celebrando que me habían dado un buen papel y debería estar contento. Que lo estaba, sí, pero a estas alturas había algo instalado en mi estómago que no tenía mucha pinta de irse fácil.
Tras el discurso, y ponerme muy colorado, hui a mi cocina (ahora podía decirlo) a tomar un poco de agua y relajarme. Me moría de ganas de quedarme a solas con Agoney. Sería muchas cosas, pero no me tensaba tanto ni me tenía que forzar a ser el más perfecto del mundo. Con él era yo y le bastaba. No entendía por qué, pero me tranquilizaba que así fuera.
—Hola, guapo.
Me giré al no reconocer la voz. Sí lo hice con la cara, era uno de esos influencers nuevos que estaban surgiendo en TikTok, que se dedicaba a bailar sin camiseta creyéndose el más guapo de la aplicación. Alcé las cejas y le hice un gesto de saludo, antes de concentrarme en sacar mi botella de agua. Bebí, todavía sintiendo su mirada sobre mí, y la volví a dejar en su sitio.
» Soy Luc, aunque supongo que eso ya lo sabes.
—Brevemente, la verdad.
«Ni siquiera sé qué haces aquí».
Se lamió los labios, sin mostrar ni un gesto de sorpresa o desagrado. Me fijé en eso, en lo gruesos que eran y en su camisa entreabierta. Parecía que no solo le gustaba enseñar cacho en redes.
—Mola tu piso nuevo.
—Gracias. Lo compró mi novio —sí, remarqué eso— recién cumplidos los dieciocho y lo reformó.
—Ah, el tío ese que no te soltaba el brazo hasta que has dicho algo... Un poco pesado, ¿no crees?
¿Que a veces podría matarlo por meterme en esas situaciones? Sí. Pero estaba a mi lado y se preocupaba si me daba vergüenza la vida, así que tampoco era necesario pasarse.
—No creo, le hacía ilusión que me dieran ese papel. Me apoya mucho. Y no es un pesado. —Sonreí de nuevo.
—Por supuesto, claro... —Meneó la cabeza. Por primera vez noté un toque de decepción que me alegró—. ¿Y de qué va la peli esa? ¿Eres prota? —Usó un tono entre dulce y seductor.
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Pareja de oro-RAGONEY
FanfictionEn el punto 0 de esta historia, una pareja acaba una discusión con el corazón tan roto como su relación. Cinco años en el pasado, Raoul nos cuenta cómo se conocieron, se enamoraron, y se amaron hasta que empezó a ser más real delante de una cámara q...