2023. Agoney
—Nene, nos vemos la semana que viene a firmar ese contrato de cuatro ceros.
Así me saluda Mireya cuando le cojo el teléfono, después de perder su primera llamada por estar en la ducha.
Pego un chillido, hablamos de un montón de detalles que en realidad ahora mismo no me importan, porque solo quiero compartirlo con quienes quiero. Llamo a mis padres y a mi abuela enseguida. Con Nerea no me arriesgo a llamar porque debe seguir en la sierra de Barcelona grabando las últimas escenas de la serie y no quiero molestar.
Entonces, en el culmen de la emoción, mis dedos marcan un número, pero se quedan congelados al darse cuenta de que ya no pueden pulsar el botón verde. De que la persona a la que primero chillaba cuando me daban un papel ya no me quiere y que no se alegrará y me llevará en volandas por toda la casa mientras me da muchos besos. Que eso ya se acabó.
Me pica la garganta mientras los ojos se humedecen. Soy demasiado patético, recordando las sobras de una relación que no significó lo mismo para los dos en los últimos meses. Raoul pronto será totalmente libre de hacer lo que le dé la gana y follarse a quien quiera, mientras dudo que yo tenga remedio.
Lo que más me apetece es salir a la terraza a fumar, pero sé que voy a tener que verlo pronto, y no le gustará que me huela el aliento. Una vez puede hacer gracia, pero tampoco quiero joderle a ese nivel. Sé lo mucho que lo odia, y lo que consiguió en mí. No quiero echar a perder eso.
Tras unos minutos mirando a la televisión oscura, vuelvo a llamar a Mireya.
—Cariño —me responde, algo distraída—, mañana te mando todos los detalles de la firma. Esta vez leeremos todas las cláusulas, no quiero nada que nos joda, como lo de Raoul.
—No era para preguntar nada, Mire.
Debe notar mi voz afectada (por no decir dolida), así que deja todo lo que está haciendo al instante.
—¿Estás bien?
—Solo... —cierro los ojos y respiro hondo— quería decirte que gracias. Por estar ahora, por haberte quedado cuando he estado en la mierda... No sé qué habría hecho yo sin ti.
La escucho resoplar y por un momento creo que me echará la bronca.
—Ago... —Pero su voz cambia de golpe—. Gracias a ti. ¿Qué haría yo sin poder patearte el culo para que te muevas, aunque sea de vez en cuando?
Suelto una risita pequeña, pero que a ella parece bastarle.
—Es que... no tenías por qué acogerme, solo eras repre de Nerea, pero aquí estás.
—Todos los críos de tu serie erais casi mis hijos. A veces me pregunto qué será de Joan.
—Ahora va más por el piano que por la interpretación.
—Chico listo.
No tarda en colgarme, porque tiene mucho que organizar y también tiene que hablar con Nerea. Me entero gracias a eso que acaba de hacer el wrap up de «3 melodía» y se lleva una experiencia más bajo el brazo. No solo va a ser uno de los mejores estrenos de series de finales de año, es que la va a ayudar en su carrera como cantante.
Da gusto que le vayan las cosas bien, después de haber tragado tantos secundarios mientras se centraba en componer.
Aprovecho para quedar con ella después del psicólogo, aunque no sepa cómo voy a salir.
Siempre digo que es el lugar que genera más incertidumbres del mundo. Sabes cómo entras, pero nunca imaginas si saldrás con energía para la vida social o si por el contrario te apetecerá meterte bajo el edredón y no salir hasta la semana que viene. Por desgracia para mí, no me puedo permitir la segunda opción por mi trabajo, pero Raoul tampoco me deja muchas más opciones.
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Pareja de oro-RAGONEY
FanfictionEn el punto 0 de esta historia, una pareja acaba una discusión con el corazón tan roto como su relación. Cinco años en el pasado, Raoul nos cuenta cómo se conocieron, se enamoraron, y se amaron hasta que empezó a ser más real delante de una cámara q...