19. 2023-Agoney

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2023. Agoney

La mayoría de las entrevistas que tuvimos que retrasar por la muerte de mi abuela eran entrevistas repetitivas sobre la idea de la serie, nuestra relación y nuestra profesionalidad al juntar lo personal y lo laboral. Y, como nadie parece pensar en nuestras cabezas, Ana y Mireya las han organizado todas para la misma semana y media.

Conclusión: llevamos una semana y media intensa, llena de entrevistas para medios de comunicación digital, periódicos habituales y otras lindezas que nos han dejado la cabeza hecha cacao.

Lo único bueno que ha tenido es que estamos tan reventados tras el día de trabajo que acabamos dormidos al poco de llegar a casa. Para muchos será una desventaja, pero para dos cobardes como nosotros que parecemos incapaces de hablar las cosas, es lo mejor que podía pasarnos. Porque sí, aún no hemos abierto la boca para hablar de nuestro beso. Y no, al menos no hemos vuelto a besarnos. Eso ya sería demasiado.

Junio se ha ido abriendo paso en la ciudad, con cada vez menos mantas y más pantalones cortos y camisetas de tirantes. Eso solo significa una cosa: las entrevistas de promo van saliendo y, tras un segundo tráiler que pone la serie de nuevo en boca de todos, cada vez queda menos para que se estrene.

Cada vez queda menos para acabar la interpretación más rara de mi vida y todavía no sé cómo sentirme al respecto. Supongo que eso me lo tendrá que decir Raoul cuando me diga lo que piensa sobre el beso.

Mientras tanto, centrémonos en el presente. Acabamos de grabar una entrevista para Shangay y nos hemos acomodado en el sofá del camerino, medio tumbados, tratando de procesar las ocho horas de responder preguntas estúpidas sin apenas descansar.

Mireya se planta frente a nosotros, con las manos sobre sus caderas. Nos observa en silencio, con una mueca cruzando sus labios perfectamente pintados.

—¿Podéis parecer adultos funcionales un rato? Tenemos varias cosas que comentar con vosotros.

Mientras gruño en protesta y me incorporo, descubro a Ana en la puerta, esperando con paciencia. Raoul me imita enseguida, suspirando al encontrar otra postura en la que estar cómodo. Suertudo.

—Por hoy ya hemos acabado, ¿no? —pregunta, peinándose el tupé con los dedos—. Por favor, decidme que no hay nada más, que ahora que me leo los horarios para anticipar el sufrimiento no quiero sorpresas.

Me sale una sonrisa que consigo controlar, aunque las chicas la han visto. Él dirá que es para no llevarse sorpresas sobre la cantidad de entrevistas del día, pero yo sé que he tenido algo que ver, aunque no vaya a admitirlo jamás. He estado tan pesado que algo he debido de pegarle.

—Relájate que ya hemos acabado. Quería hablar sobre lo que pasó hace... casi dos semanas diría yo.

Compartimos una mirada confusa. Más bien, la suya tiene un punto de preocupación que no me gusta.

—Creemos, tocando madera siempre —Mireya da golpecitos a la mesa—, que la crisis que se presuponía entre vosotros ha quedado en un rumor tonto, después de que os pillaran metiéndoos mano en un baño.

Carraspeo, por no toser.

—Lo que necesitamos es que se mantenga así. Habéis estado muy tranquilos este último mes, pero... no podemos relajarnos hasta que acabe la promo del todo. Una discusión tonta en público puede significarlo todo para la gente y en este mundo las paredes tienen ojos y oídos, así que ya sabéis.

—Nos portaremos bien. —Raoul esboza su mejor sonrisa—. No es tan difícil como parecía.

—Más os vale. —Ana frunce el ceño—. Que la semana que viene tenemos La Resistencia y El Hormiguero y tienen que ser perfectos. Es donde más gente os va a ver, así que quiero que rezuméis amor.

Pareja de oro-RAGONEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora