Capítulo 18

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Louis fue despertado por labios calientes presionados entre sus omóplatos y dedos suaves trazando patrones en su cadera. Se giró boca abajo y se acurrucó contra la almohada, refunfuñando. Se estremeció cuando Harry se rió entre dientes, su cálido aliento le hizo cosquillas en la nuca.

—Vamos, cariño, es casi mediodía—, susurró Harry, moviendo su mano por el brazo de Louis.

—Es domingo—, gruñó Louis, su voz fue amortiguada por la almohada—. Los domingos son para dormir hasta tarde.

—Eres una marmota—, se rió Harry, rodando encima de Louis.

Louis resopló, el aire salió de sus pulmones con el peso de su novio —, su novio—, sobre su espalda. Harry dejó besos por toda su mejilla y su fresco aliento a menta hizo que la nariz de Louis se arrugara.

—Hace sol—, continuó Harry, retorciéndose para sentarse en el culo de Louis—. Deberíamos salir. Quiero ver el mar. Podríamos ir a Margate, ¿qué te parece?

Sonaba tan esperanzado que Louis finalmente abrió los ojos y miró por encima de sus hombros. Estaba claro que Harry acababa de salir de la ducha. Tenía las mejillas rojas y el pelo mojado echado hacia atrás. Se veía hermoso y eso fue lo que hizo que Louis suspirara derrotado.

—Está bien. La playa. Es una buena idea. Déjame prepararme.

Harry chilló de alegría y le dio un beso húmedo y gordo en la mejilla de Louis. Louis lo empujó, fingiendo estar disgustado, pero no pudo evitar sonreír. Se había despertado al lado de Harry durante seis días seguidos y bueno... no quería que terminara. Corrió al baño para que su novio —, realmente no podía acostumbrarse—, no lo esperara por mucho tiempo. La sonrisa de Louis se amplió cuando vio el cepillo de dientes morado de Harry junto al suyo. Se quitó la ropa interior y entró en la ducha. A veces le costaba darse cuenta de lo que había pasado las últimas semanas. Después de la fiesta de inauguración en casa de Zayn y Liam, era obvio que Louis había pasado gran parte de su tiempo con Harry. Habían tenido muchas citas románticas que los habían llevado a muchas noches de sexo frenético. Se sentía como si todo fuera igual, pero todo había cambiado. Finalmente habían aprendido a comunicarse y expresarse y esos momentos en que hablaban del pasado dolían tanto que lloraban y sollozaban hasta que se les enrojecían los ojos y se les ponía la garganta en carne viva. Pero también había momentos en los que hablaban del futuro, de dulces sueños y proyectos realizables que hacían que sus ojos brillaran de deseo y los labios se estiraran en sonrisas felices. Estos eran los momentos que más apreciaba. Todavía no les habían contado a sus amigos y familiares sobre su relación, ya que preferían disfrutar de sus momentos privados juntos, pero Louis nunca se había sentido más preparado en su vida para decirle al mundo cuánto amaba a este hombre.

Salió de la ducha y rápidamente se secó con una suave toalla. Luego fue al dormitorio y se puso ropa interior, vaqueros cortos y una camiseta amarilla. Sonrió cuando notó que Harry había hecho la cama. Nunca había pensado que anhelaría tanto la domesticidad. Tomó su cartera y una gorra y se dirigió a la cocina. Harry estaba apoyado contra el mostrador y tocando su teléfono. Sonrió cuando lo notó.

—Lou, sabes que vamos a la playa, ¿verdad?

—Eso entendí, ¿por qué?

—Parece que vas a un desfile de moda. Como modelo, por supuesto.

Louis rio y puso los ojos en blanco, pero no pudo evitar sonrojarse. Caminó hacia la puerta.

—Deberías saber que fui modelo cuando era más joven, pero lo dejé porque había demasiada presión—, bromeó.

Harry lo tomó del codo y tiró de él, inclinándose para besar su boca. Incluso después de todos estos años, las rodillas de Louis se volvieron gelatina.

Behind Closed Doors (I Got Myself In A Mess) • [ls ; traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora