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"Amar es dar sin esperar recibir, es un regalo que nutre el alma cuando es sincero y desinteresado"

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"Amar es dar sin esperar recibir, es un regalo que nutre el alma cuando es sincero y desinteresado".

Lunes por la mañana, el fin de semana había pasado volando, pero dejó buenos momentos para recordar, especialmente para el Omega albino

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Lunes por la mañana, el fin de semana había pasado volando, pero dejó buenos momentos para recordar, especialmente para el Omega albino.

Masahiko se encontraba en la azotea de la escuela, admirando el paisaje que lo rodeaba. El aire fresco soplaba suavemente, creando un clima agradable. Desvió la vista hacia abajo y encontró una cabellera blanca que conocía a la perfección; era su pareja. Satoru estaba acompañado por dos personas más, Suguro Geto y Shoko Ieiri, a quienes Satoru no dejaba de mencionar.

Sin poder resistirse a la tentación, sacó su teléfono y capturó una foto desde su posición elevada, logrando un ángulo perfecto.

Al revisar la hora, se dio cuenta de que las clases estaban a punto de comenzar, así que descendió de la azotea y se dirigió a su salón.

Al ingresar, se topó con la pareja dándose afecto como solían hacerlo, como si tuvieran la intención de incomodarlo y molestarlo.

—Buenos días, Nakamura-san —saludó la rubia con una sonrisa al verlo entrar.

El de mechas azules, como de costumbre, simplemente la ignoró por completo.

—¡Oye, Masahiko, Tsumugi te está saludando! Deberías sentirte orgulloso de que una belleza como ella te dirija la palabra —le reprochó la pelinegra, tratando de provocar una reacción en él.

—Realmente me siento orgulloso de otras cosas —respondió Masahiko con calma mientras mantenía la mirada fija en la Alfa.

El ambiente se volvió tenso, y las feromonas de ambos comenzaron a mezclarse, lo que hizo que la Omega se sintiera incómoda en medio de la situación.

Sin embargo, antes de que la tensión aumentara, la puerta se abrió de golpe, y una cabellera blanca se asomó por la puerta, buscando a su pareja.

Al encontrar a Masahiko, el recién llegado sonrió ampliamente y se adentró en el salón como si nada, acercándose al rubio que estaba de pie a un lado de su lugar.

𝗥𝗘𝗬𝗘𝗦 𝗦𝗢𝗠𝗢𝗦-𝗝𝗨𝗝𝗨𝗧𝗦𝗨 𝗞𝗔𝗜𝗦𝗘𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora