I just realized how much I would love and need you.

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CAPÍTULO CINCUENTA Y TRES

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CAPÍTULO CINCUENTA Y TRES

Ese día la castaña había pasado toda la noche despierta, envuelta en los brazos del neerlandés, que abrazaba su cintura y parte de su estómago. Asia no podía dejar de pensar en como reaccionaría cuando se lo dijera. ¿Bien?¿Extraño justo como ella lo había hecho?¿Huiría de nuevo?

Tan solo pensar en la idea de decírselo, la paralizaba. A pesar de que ese día en cuanto llegó, el neerlandés no le pidio ninguna explicación y simplemente le pidió que no volviera hacer una cosa así, ella sabía que muy en el fondo, él no terminaba de tragarse el cuento de que había huido del hospital por ver a una persona similar a Jos.

Apenas Max sintió que Asia no podía dormir esa noche, le preparó un té de raíz valeriana que siempre calmaba a la castaña y se aseguró de arullarla, hasta que logro conciliar el sueño, sobre su pecho.

Acarició su brazo un par de veces, al ver cómo apretaba su camisa y se aferraba a él, como si tuviera miedo de que se fuera.

Max observó cómo la puerta se entreabrió y pronto se asomaron los rizos rubios de Noah. El pequeño subió a la cama y se detuvo un momento, observando como su madre estaba en la cama, sonrió aún adormilado y se colocó al otro lado de Max, abrazando su pecho también, tomando la mano de su mamá.

Un par de horas después, Asia estaba sentada frente a la isla de la cocina, con el ultrasonido en sus manos, aún no podía creerlo, ni teniendo aquella prueba que le mostraba al pequeño feto que tenía en su vientre.

— ¿Amor?— Max la llamó y está rápidamente se metió la fotografía en el bolsillo de su hoodie, girándose a verlo.— ¿Todo está bien?

La castaña asintió y levantó su barbilla, recibiendo un beso, por parte del neerlandés, haciéndola sonreír. Se iba a separar, pero Max volvió a unir sus labios, haciendo que esta llevara sus manos al cuello del neerlandés, acariciando con su pulgar su mandíbula. Este estaba haciendo círculos en su cintura y aquello la hizo suspirar durante su beso, saboreando la menta de la boca de su prometido.

Midnight Rain | Max VerstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora