-Isaac-
Me veo obligado a aguantar las lágrimas cuando se me pasa por la cabeza la conversación que tuve con Samu la semana pasada. Rememoro el temblor en su voz, los ojos aguados, la mirada perdida al hablar sobre lo ocurrido... y todo provoca en mí un sentimiento de profunda tristeza y creciente rabia.
¿Por qué existen personas así en este mundo? Gente que solo busca hacer daño y destruir a otros. ¿Cómo se supone que puedes seguir con tu vida sabiendo que los responsables de un suceso terrible cumplirán condena y saldrán de la cárcel tarde o temprano?
Samu no merece nada de lo que le ha pasado, y Ben mucho menos. No lo conocí, pero que fuera su mejor amigo durante años es suficiente para saber que era una buena persona. Y que su destino haya sido uno tan horrible, encima sin merecerlo, es lo más lamentable de todo.
Sé que debería tratar a Samu de la misma forma que siempre y no dejar que lo que acabo de descubrir sobre él me afecte, pero es inevitable. Cada vez que cruzo miradas con él veo el pesimismo en sus ojos, el mismo que origina de aquella tarde en la que perdió a su mejor amigo. Entender a alguien conlleva muchas cosas buenas, pero también algunas malas. Una de ellas es que me contagia sin remedio la aflicción que refleja su rostro.
He decidido que voy a hacer lo que esté en mi mano para animarle. Sé que ocurrió hace mucho, que el trauma está arraigado en su interior y que mi trabajo no es hacer de psicólogo. Sin embargo, sí que puedo brindarle momentos de felicidad, por muy pequeños que sean. Y eso es justo lo que voy a hacer hoy.
Lo he metido en mi coche junto a los niños —bueno, él ha entrado por su propio pie, claro— y he conducido durante media hora. Samu ha intentando sonsacarme nuestro destino, pero se rindió tras los primeros diez minutos y se entretuvo jugando al "veo veo" con los bichitos y poniendo canciones de Taylor en la radio. Eva y Adri han acabado obsesionados con varias canciones y las hemos escuchado tantas veces que hasta yo me las sé de memoria. También han hablado con Ben, quien va en el transportín en el asiento del medio entre ambos. Le dije a Samu que lo trajera para que disfrutara del día con nosotros también.
Al llegar bajamos del coche y Samu mira a nuestro alrededor. Solo nos rodea vegetación. Un camino de grava se adentra en dirección a una montaña no muy alta que marca el comienzo de la sierra.
—¿Nos has traído a subir una montaña? —pregunta atónito mientras saca a Ben del transportín y le pone la correa.
—Os he traído a hacer senderismo —corrijo disimulando una risa al ver el miedo en su rostro—. Venga, no es para tanto. Podemos subir y estar de vuelta en dos horas como máximo.
—¿Habrá cuevas con brujas y monstruos dentro? —cuestiona Adri fascinado con las vistas.
—¡Sí! Por eso tenemos que ir con cuidado. Nuestra misión es evitar a la bruja y portarnos bien para que no nos haga daño. ¿Quién va a portarse bien y hacer caso a lo que digamos?
ESTÁS LEYENDO
Llámalo como quieras [✔]
General FictionSamuel ama el silencio, excepto cuando tiene sus auriculares puestos. Isaac lleva años conviviendo con el ruido y está acostumbrado a él. Samuel apenas sale de casa y su habitación es su refugio. Isaac tiene dos trabajos y pasa más tiempo fuera que...