Primer libro
Harry Potter y la piedra filosofal
Capítulos: Quidditch
Cuando empezó el mes de noviembre, el tiempo se volvió muy frío. Las montañas cercanas al colegio adquirieron un tono gris de hielo y el lago parecía de acero congelado. Cada mañana, el parque aparecía cubierto de escarcha. Por las ventanas de arriba veían a Hagrid descongelando las escobas en el campo de quidditch, enfundado en un enorme abrigo de piel de topo, guantes de pelo de conejo y enormes botas de piel de castor.
La temporada de Quidditch empezaría el sábado, Harry vio fascinado como los miembros de ambos equipos practicaban por horas, ni siquiera los tejones se salvaron del caos que el inicio de temporada significaba; los más jóvenes con frecuencia se reunirían para ver las prácticas de su equipo y, en algunos casos, jugarían simulaciones con la supervisión de su jefa de casa.
Harry se enteró de que había setecientas formas de cometer una falta y de que todas se habían consignado durante los Mundiales de 1473; que los buscadores eran habitualmente los jugadores más pequeños y veloces, y que los accidentes más graves les sucedían a ellos; que, aunque la gente no moría jugando al quidditch, se sabía de árbitros que habían desaparecido, para reaparecer meses después en el desierto del Sahara.
Hermione se había vuelto un poco más flexible en lo que se refería a quebrantar las reglas, desde que Harry y Ron la salvaron del monstruo, y era mucho más agradable. El día anterior al partido los tres estaban fuera, en el patio helado, durante un recreo, y la muchacha había hecho aparecer un brillante fuego azul, que podían llevar con ellos, en un frasco de mermelada. Estaban de espaldas al fuego para calentarse cuando Snape cruzó el patio. De inmediato, Harry se dio cuenta de que Snape cojeaba. Los tres chicos se apiñaron para tapar el fuego, ya que no estaban seguros de que aquello estuviera permitido. Por desgracia, algo en sus rostros culpables hizo detener a Snape. Se dio la vuelta, arrastrando la pierna. No había visto el fuego, pero parecía buscar una razón para regañarlos.—¿Qué tienen ahí?
Era el libro sobre quidditch. Harry se lo enseñó.
—Los libros de la biblioteca no pueden sacarse fuera del colegio —dijo Snape—. Dámelo. Cinco puntos menos para Hufflepuff.
—Seguro que se ha inventado esa regla —murmuró Harry con furia, mientras Snape se alejaba cojeando—. Me pregunto qué le pasa en la pierna.
—No sé, pero espero que le duela mucho —dijo Ron con amargura.
Los primeros año se sentaron juntos en la mesa mas alejada del bullicio que tenían los otros alumnos, haciendo apuestas y pintando carteles para apoyar a sus amigos, Ron aun parecía aprensivo a juntarse con Draco pero al menos ahora podían mantener una conversación civilizada sobre la tarea y nadie tenía que preocuparse de una explosión cercana.
Harry se sentía inquieto. Quería recuperar su libro sobre quidditch, para mantener la mente ocupada y no estar nervioso por el partido del día siguiente. ¿Por qué iba a temer a Snape? Se puso de pie y dijo a sus compañeros que le preguntaría a Snape si podía devolverle el libro. Justin se ofreció a acompañarlo, pero Harry le dijo que solo sería algo rápido.
—Yo no lo haría —dijeron los leones al mismo tiempo, pero Harry pensaba que Snape no se iba a negar, si había otros profesores presentes.
—Tocado—dijeron en sincronía el rubio y el pelirrojo, con una sonrisa subió a la sala de profesores y llamó.No hubo respuesta.
Llamó otra vez.
Nada.
¿Tal vez Snape había dejado el libro allí? Valía la pena intentarlo. Empujó un poco la puerta, miró antes de entrar... y sus ojos captaron una escena horrible.
Snape y Filch estaban allí, solos. Snape tenía la túnica levantada por encima de las rodillas. Una de sus piernas estaba magullada y llena de sangre. Filch le estaba alcanzando unas vendas.

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Selcouth -Harcy-
RomancePorque si alguien preguntaba lo que sintieron al conocerse esa seria la respuesta: Desconocido, raro, extraño y sin embargo maravilloso. Los personajes de Percy Jackson y Harry Potter no son míos solo los ocupo para esta extraña historia. Contenido...