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Primer libro

Harry Potter y la piedra filosofal

Capítulos: El callejón Diagon, El andén 9 y 3/4.

31 de Julio 2005, Callejón Diagon.

Harry entró solo en la tienda de Madame Malkin, sintiéndose algo nervioso, esta vez no tenía a nadie a quien recurrir si entraba en pánico.

—¿Hogwarts, guapo? —dijo la bruja, cuando Harry empezó a hablar—. Tengo muchos aquí... En realidad, otro muchacho se está probando ahora.

Harry siguió a la bruja hasta un escabel, sus ojos no dejaron de mirar sus pies tratando de luchar contra las increíbles ganas de correr hasta encontrarse con Sally o Percy, apenas es consiente de como una larga túnica se desliza por su cabeza y como la mujer marca el largo apropiado

—Hola —dijo el muchacho, el oji-verde casi salta en su lugar, no había prestado atención a su alrededor—. ¿También Hogwarts?

—Sí —respondió Harry, estudio al niño a su lado, cabello rubio platinado, perfectamente peinado, el Potter se sintió levemente avergonzado del nido de pájaros que era el suyo propio, piel pálida pero de un color saludable, contrario a su pálido mortal, sus ojos eran como plata, Malfoy, susurro su mente, Sally le había explicado como diferenciar entre las familias mágicas para que evitara problemas o hiciera aliados.

—Mi padre está en la tienda de al lado, comprando mis libros, y mi madre ha ido calle arriba para mirar las varitas —dijo el chico. Tenía voz de aburrido y arrastraba las palabras, Harry podía escuchar el leve nerviosismo en él, casi oculto por la arrogancia—. Luego voy a arrastrarlos a mirar escobas de carrera. No sé por qué los de primer año no pueden tener una propia. Creo que voy a fastidiar a mi padre hasta que me compre una y la meteré de contrabando de alguna manera.—Harry rio un poco.

—No creo que sea lo más acertado, podrías perder puntos para tu casa, también hay alumnos que no han tocado una escoba en su vida.—explico.

—Bueno, no es culpa de los que si sabemos usar una.—dijo un poco de sarcasmo y diversión colándose en su voz, Harry noto como el nerviosismo bajaba, su propio pánico también se fue—¿Tú tienes escoba propia?

—No, pero espero poder conseguir una pronto.—dijo Harry, Sally le había dicho que si después de tomar su clase de vuelo se sentía cómodo considerarían la posibilidad.

—Espero que mi padre me consiga la Nimbus 200, he tratado de convencerlo desde que salió a al venta ¿Ya sabes en qué casa vas a estar?

—No, pero ya tengo pensado en cual me gustaría estar, pero estoy algo contrariado, mi familia a ido a la misma casa por años pero yo tengo pensado ir a otra.—y en caso de ser necesario solo tendría que quemar al sombrero, omitió Harry.

—Bueno, nadie lo sabrá realmente hasta que lleguemos allí, pero yo sé que seré de Slytherin. ¿Te imaginas estar en Hufflepuff? Yo creo que me iría, ¿no te parece?

—No es malo, la lealtad y el trabajo duro son tan importantes como la astucia y la ambición.—contestó Harry, sabia que mucha gente denigraba a la casa del seu paradís.

—Viéndolo así, tienes razón ¿De que otra manera lograrías tus metas si no trabajas por ellas? Por cierto ¿Dónde están tus padres?

—Ellos murieron durante la guerra.—respondió, no tenía ganas de hablar de ese tema.

—Oh, lo siento —dijo el otro y, aunque no pareció que le importara, el pelinegro noto que el niño solo no sabia que decir—. Pero eran de nuestra clase, ¿no?—tal vez ese no fue su mejor movimiento.

Selcouth -Harcy-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora