Extra 1: Día de las Madres

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Harry se había despertado temprano, sabia que Sally despertaría en un par de horas, salió silenciosamente de su habitación para poder llegar con Percy, rápidamente abrió la puerta y se lanzo sobre su compañero. Percy se despertó bruscamente cuando sintió un peso repentino sobre él, en cualquier otra ocasión habría lanzado al intruso pero la magia de su rey era inconfundible.

—¿Puedo saber por qué me levantaste a las—el mayor acariciaba el cabello del otro cuando miro el reloj—, seis de la mañana?—vio como el niño en su regazo señalaba a la pared donde estaban todos los posters y horarios como si esa fuera toda la respuesta que necesitaba, miro cuidadosamente hasta que una nota sobre el calendario le llamo la atención, se levanto cuando Harry se quito de encima. La nota decía:

Día de la madre!

No lo olvides meu paradís

Sirius dijo que nos ayudaría.

Vio a su rey inclinar su cabeza curioso, le desordeno el cabello y lo escucho quejarse para acomodarlo de nuevo, camino a la puerta escuchando los murmullos molestos del ojiesmeralda detrás de él, tomo su mano y le dio un ligero beso, vio encantado como un sonrojo aparecía en la mejillas del otro, destacando aun mas por su pálida piel. El más pequeño jalo al otro hasta la habitación de su padrino, señalo un jarrón que estaba sobre una mesita, ambos habían estado estudiando sobre magia elemental desde que entraron al mundo mágico, Percy siguió la orden silenciosa de su acompañante, guío al agua hasta que estaba sobre el animago, ambos contaron hasta tres y Percy dejo caer el agua.

—¡Remus!—grito el hombre, los niños se mantuvieron callados tratando de aguantar sus risas— Hoy no hay nada importante, ve a molestar a Cornamenta.—cuando el hombre no recibió un hechizo punzante, estudio su ambiente encontrando a la pareja de niños que seguían tratando de evitar reír.— Ustedes pequeños diablillos!—antes de poder empezar a perseguirlos un calendario le fue puesto enfrente.

—Puedes matarnos mas tarde—dijo Cornamentita—, hoy prometiste ayudarnos a darle una sorpresa a Sally, vamos Canuto.—aun en pijama Sirius salió del cuarto siguiendo a los niños, vieron a Kreacher limpiando como de costumbre el cuadro de Walburga Black.

Harry soltó la mano de Percy y se adentro a la cocina, rápidamente los mayores se le unieron siguiendo las instrucciones del niño, una punzada de culpa se extendió en el pecho del Black, si no hubiera perseguido a Peter y se hubiera quedado junto a Harry podría haberlo criado, podría haberlo visto crecer, volverse un joven fuerte y llevarlo a conocer el Callejón Diagon, y ahí estaba la razón de querer ayudar con la celebración: Sally, la bella mujer que había cuidado de su cachorro y lo alejo de los horribles parientes de la pelirroja, aquella que había logrado darle un juicio y la que lo saco de el espantoso lugar que era Azkaban.

Un pequeño empujón lo saco de sus pensamientos, el ojiverde mayor señalo el cajón que estaba bloqueando, se aparto viendo al niño sacar algunos cubiertos para dárselos a su ahijado, siguió viendo las interacciones de ambos, como se movían por la cocina de manera coordinada, sin bloquear al otro pero aun así sin alejarse, escucho al pequeño Potter pedirle que encendiera el horno.

Poco a poco los minutos pasaron y el pequeño bufette que hicieron entre los tres estaba terminado, acomodaron la mesa y con la ayuda de Sirius decoraron la sala.

—Vamos a cambiarnos—dijo Harry jalando al mayor que veía encantado los dulces—, podemos comer después de despertar a tu mamá.

Sirius soltó una carcajada y recibió una mirada de "luego te mato" de Jackson, que probablemente habría funcionado si no hubiera convivido por tantos años con un Lunático enojado y que era solo superada por la mirada de Lily durante la guerra.

Las únicas tres personas despiertas se cambiaron por algo más decente y se encontraron en la puerta de la habitación de Sally, ambos niños estaban delante del adulto, Harry abrió la puerta con cuidado, Percy a su lado sostenía una charola con una pequeña parte de la comida y Sirius tenía un par de cajas en sus manos. Entraron en silencio y vieron al último Potter despertar cuidadosamente a la mujer.

—¡Sorpresa!—gritaron los tres cuando vieron a Sally despierta.

—Feliz día, mamá—dijo Percy, dejando la charola frente a la pelinegra.

—Gracias por todo, Sally.—exclamaron los otros dos entregando sus regalos.

Pasaron el día junto a la mujer, celebrando y agradeciéndole cada que podían, disfrutaron la comida que habían preparado y salieron a los lugares que Sally disfrutaba visitar. Pasaron horas viendo películas de terror y haciendo peleas con las almohadas de la sala, Sally incluso había peinado el cabello de Harry aunque él odiaba tener que ordenarlo, Percy había obtenido material extra de chantaje y Sirius había disfrutado del calor que desprendía la extraña familia.

...

So... Gracias por leer, un pequeño especial para Sally. No sé si deberían considerar esto un spoiler o no.

Que Hécate los bendiga.

Selcouth -Harcy-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora