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Sam llegó a la tienda con Osvaldo, tenían un montón de cosas perfectas para su habitación. Atrapasueños, velas, muñecas de porcelana, ese tipo de detalles.

–¿Alguna otra cosa, chaneke?

–Mm, realmente no lo sé... siento que me falta algo. – le puso un poco de emoción extra a aquella palabra final.

–¿Algo?

–Ajá, como un toque, que una todo.

–Como... ¿una alfombra? – preguntó Osvaldo confundido.

La muchacha no pudo evitar reír ante la pregunta.

–Bueno, no creo que sea eso, pero no lo descarto, – miró a su al rededor hasta que dio con algo interesante – vengo en un segundo, iré a revisar por allá.

–Está bien, te espero en la caja. – sonrió.

Sam caminó hacia aquello que llamó su atención y, efectivamente, ¡era justo lo que pensó haber visto!

¿Podía creer lo que tenía enfrente? No.

¿La hacía muy feliz? Sí.

Se dirigió hasta donde se encontraba Osvaldo con una gran sonrisa.

–¿Qué encontraste?

–Mira esto, – desdobló lentamente aquella tela rosa con naranja – ¡ta-da!

–Oh wow, encontraste tu pais.

–¡Sí!, pero es una bandera idiota, y siempre quise tener una, y al fin cumpliré ese sueño.

Osva la abrazó al verla tan feliz, simplemente no pudo evitarlo.

–Estoy tan orgullosa de ti Sam, de todo lo que has logrado, te levantaste por ti misma, te defendiste... eres demasiado fuerte, y amo eso de ti, – se separo de ella para mirarla, las lágrimas corren por su cara – estoy feliz de que por fin puedas sentirte tú misma, que seas libre.

–Gracias Valdo, yo-

–Por eso, – la interrumpe – yo pagaré todo esto.

–¡¿Qué?!, ¿estás Pendejo?

–No, al contrario, estoy muy en mis cabales.

–Valdo

La ignora.

–Valdo

De nuevo.

–OSVALDO

–Sam, déjame darte esto, por favor, solo esta vez.

Los ojos de su mejor amigo podían perforar su alma, y ella lo sabía, es más, lo usaba a su conveniencia.

Esta era una de esas ocasiones.

La mirada convencedora de valdo logró que Sam cediera.

–Es un regalo, para mi mejor amiga, mi lesbiana favorita, la gay, la-

–Ok, ya entendí pendejo, hetero, lo que sea.

Ambos se rieron.

–Cambiando de tema, ¿entonces ya Abi se enteró de que eres una completa nerd?

–¿Ella te dijo eso?

–Obvio.

"Ugh, bocona", se pasó las manos por la cara.

–O sea, eso ya lo sabía, pero se enteró rápido sam, para haber sido tú.

–No exageres.

–No lo hago, – rió a la bajo – me contaste tus intereses después de un año de conocernos, ¿acaso te gusta tanto?

–¿Gustarme?, ja, claro que no.

–¿No que hay un estereotipo de que las lesbianas se enamoran rápido?

–Por Dios, la acabo de conocer, y ahora viviremos bajo el mismo techo, no quiero que esto se complique, ¿entiendes? – suspiró – Quiero que nuestra relación sea completamente amistosa, laboral incluso.

Su amiga la miró de reojo, analizándola muy bien.

–Bueno, está bien, – tomó parte de las bolsas, y Sam el resto, para ya dirigirse al auto – ¿cuándo puedes ir a casa a cenar?, Aldo está ansioso por conocerte.

-Oh, ¿en serio?

–Deja el sarcasmo rivera, intenta ser amable.

–Es que no me gusta este chico.

–Que bueno que me tiene que gustar a mí entonces, – le guiñó el ojo para luego subir al auto – él en serio quiere caerte bien, ¿sabes?

Sam se quedó en silencio, causando que Osvaldo suspirara. Así continuaron todo el camino.

–Ya llegamos.

–Gracias Valdo, por todo.

–Siempre sam.

La castaña agarró todas las bolsas, pero fue detenida por su amigo antes de bajarse del carro.

–Y... también te quería decir que no tienes que protegerme, eso lo puedo hacer sola, ¿está claro?

–wey, yo-

–sam, ¿está claro? – dijo aún más firmemente – ya no soy el mismo niñito inseguro que conociste, soy mi propia persona.

Sam solo asintió, recibiendo una sonrisa de el chico.

Terminó de sacar todas las fundas y entró a la casa.

And they were roommates [rivari adaptacion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora