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Se separaron y Abril se recostó sobre la mesa.

–¿Qué tal? – preguntó sam inclinándose sobre la muchacha – ¿todo bien?

–Ajá – sonrió.

"¿Cómo es que ella puede ser tan tierna?", pensó Abril, "Y más después de lo que me acaba de hacer..."

–¿Vas a poder caminar?

–Claro que sí rivera, ja.

Intentó levantarse, pero sus piernas temblaron, así que volvió a apoyarse de la mesa.


–Ven, – pasó uno de sus brazos por debajo de sus piernas, con el otro envolvió sus hombros, cargándola estilo princesa – vamos a tu cuarto.

Los ojos de Abril brillaron, lo que causó que sam la besara de nuevo.

Es que no podía resistirse.

Entre risitas y besos subieron las escaleras.


Abril abrió los ojos, estaba en su cuarto, miró a su lado y sam estaba con ella, miró hacia abajo y estaba desnuda.


Sentía pánico pero, a la vez, una gran calma.

¿Acaso era eso posible?

Se recostó de uno de sus hombros, mirando a sam dormir. Sonrió. Era lindo.

Tocó la cara de su compañera con delicadeza, como si pudiera romperse fácilmente.

La menor abrió los ojos con lentitud, esbozando una sonrisa al ver a abril.

–¿Eres un ángel? ¿Estoy en el cielo?

La pelinegra no pudo evitar reírse.

–¿En serio rivera?

sam levantó los brazos en su dirección.

–¿Abrazo?

abrilno es buena con el contacto, sus amigos la abrazan y eso, mas debe de acostumbrarse.

Y sí, está bien, había hecho mucho más con sam, pero de alguna forma era diferente.

Se acurrucó entre los brazos de la muchacha, quien los envolvió sobre ella, depositándole luego un suave beso en la frente.

–Gracias... – escupió Abril, dejando sus pensamientos fluir.

–¿Gracias?

–Ya sabes, por esto, – apoyó su cara en el pecho de sam– no sé, nunca me habían tratado así.

La menorapretó su agarre.

Si tan solo esta escena no acabase nunca.

Pero tocaron la puerta.

Las dos se miraron.

–¿Voy yo? – cuestionó sam.

–No, tranquila, yo voy. – le sonrió y se levantó de la cama.

Se puso su pijama nuevamente y bajó las escaleras.


Miró por el ojito de la puerta: Rocio.

La abrió, tratando de actuar de la forma más normal posible.

–Hola roci, buenos días.

–¿Buenos días? – la miró raro – Abs, son las 2 de la tarde.

Ay

–Oh, ¿en serio?

–Ajá, – entró a la casa, volvió a mirarla raro – ¿y sam?

–Ella... está durmiendo.

"Que estupida, habla normal"

–Claro, ¿por eso hay platos en la mesa?

–Esos son de ayer, – sonrió de lado – después de que se fueron nos dio hambre.

–Abril, tú estabas que no dabas más anoche, ¿qué está pasando?

–Nada, solo que-

–¡Abs! – gritó su compañera – ¿quién era?


"Por favor no digas nada, por favor no digas nada"

–¡Es Rocio, está aquí!

–¡Oh, ya voy!

Después de como cinco minutos, la menor bajó.


And they were roommates [rivari adaptacion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora