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Pasaron unas semanas desde la cena y Abril aún seguía molesta.

"¿Cómo se atrevió ella a acercase a nosotras e insultarnos? Y más a sam, a quien ni siquiera conoce... esa mujer está mal de la cabeza."

–¿Qué opinas amor? – dijo sam sacándola de sus pensamientos.

–¿Ah?

–Sobre ir a comer, ya sabes, es que voy a tener que quedarme a hacer un proyecto en la universidad hasta tarde, pero me gustaría pasar algo de tiempo contigo igual. – sonríe.

–Claro amor, me encantaría, ¿a qué hora sería?

–A las dos, ¿puedes?

–Sí, – una sonrisa suave se forma en sus labios – justamente tengo mi última clase del día a las dos, ¿a dónde vamos a comer?

Planificaron todo y lo llevaron a cabo. Se encontraron en una pequeña cafetería fuera del campus, pero a la vez cerca de allí, para así poder comer algo diferente de lo usual.

Cualquier momento que podrían pasar juntas no se desaprovechaba. Puede ser que vivan bajo el mismo techo y se vean todos los días mas, aún así, les gusta sentirse protegidas una al lado de la otra.

Es un efecto muy lindo que se causan mutuamente.

Al terminar el descanso de sam, abril se dirigió sola a la casa.

Llegó, tomó un baño y preparó unas palomitas, se estaba viendo una serie muy buena llamada The Wilds.

"sam me va a matar cuando se entere que vi un episodio sin ella...", pensó mientras reía.

Un rato después tocaron el timbre.

abril mira la hora en su teléfono. "Seis de la tarde... Ella dijo que llegaría como a las ocho o un poco antes", pensó.

Abrió la puerta.

–¿abril?

–¿Mamá?

–¿Qué haces aquí?

–Vivo aquí. ¿Qué haces aquí?

–Nada que te incumba.

–Oh, no, no, no, no, no, ni se te ocurra responderme así, estás en mi casa.

–Pensé que aquí vivía sam, ari.

–Uno: No me llames ari. – coloca sus dedos en el puente de su nariz – Y dos: ¿quién te dijo que ella vivía aquí?

–Tengo mis contactos... ¿puedo pasar?

–¡¿Q-Qué?! ¡No! ¡Obvio que no!

ari-

–¡Que no me llames así! – gritó a la vez que unas lágrimas caían por sus mejillas – Estoy harta de ti y de que no me dejes ser yo misma, de tu control, de tu homofobia, yo-

El llanto le nubló la vista.

–Yo solo quiero ser feliz mamá.

ari, digo, abril, puedes ser feliz, solo tengo que curarte y-

–¿Cómo te atreves a decir eso?

–Es la verdad.

–Vete de mi casa.

–abril garza, yo-

–¡Que te vayas de mi casa! ¡Ahora!

En ese mismo momento sam se bajó de un taxi, viendo con sorpresa a su suegra, y luego con terror a su novia.

–¿Hola...?

–Tú, – habló Nepthunie dirigiéndose a la menor– fuiste tú la que terminó de enfermar a mi hija, la envolviste en tus cosas raras.

–¡Mamá! ¡Mierda! Para por favor.

sampasó rápidamente delante de la mujer hasta abrazar a la pelipúrpura.

–¿Te hizo algo amor? – le susurró.

abril negó con un leve movimiento.

–Señora garza, váyase de nuestra casa.

–¿Nuestra?

–Sí, su hija y yo vivimos juntas, nos amamos, y no hay nada que usted pueda hacer o decir para cambiarlo, ¿entiende? Ahora, por favor, deje de maltratar a abrily lárguese.

El agarre de sam se hizo más fuerte.

–¿No ve cómo la hace sentir? Si dejara de pensar en usted solo un segundo podría notarlo, pero al parecer eso está fuera de su capacidad. – la miró con enojo, mientras caminaba hacia atrás sin soltar a abril– Pase linda noche. –cerró la puerta.

Ahí fue cuando la chica se rompió.

Su llanto era incesante, pero aún así sam no la dejó sola, se quedó con ella cada segundo.

Su propia madre la trataba como un monstruo.

Su propia madre la llamó enferma.

Su propia madre la destrozó.

Su propia madre.

And they were roommates [rivari adaptacion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora