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Llegaron al restaurante en el que cenarían, el cual era muy hermoso y elegante.

Las sentaron en una mesa céntrica, en un gran salón con un candelabro inmenso que colgaba del alto techo.

abril no podía creer lo que veían sus ojos.

–rivera.

–¿Ajá? – tomó su mano sobre la mesa – ¿ocurrió algo garza?

–Mm, no sé, solo el hecho de que me mi asombrosa novia me trajo a un restaurante en el cual nunca pensé que pondría ni un pie.

–Aww, ¿entonces te gustó? – apretó su mano.

–Claro que sí amor, – sonrió – pero, si puedo preguntar, ¿cómo pudiste pagarlo?

–Ah, eso...

–¿Y esa reacción? ¿eres narco?

sam rió.

–¿Por qué la gente me envuelve con drogas? – dijo más para si misma, recordando el comentario de su madre – No Abs, realmente mi familia es muy rica. – toma un trago de su copa de vino.

–¿En serio...? No sabía.

–Tranquila, casi nadie sabe.

–Oh, entiendo.

sam realmente no quería hablar de ello, la historia de cómo su familia había logrado su fortuna era agridulce, le traía mucha tristeza.

Un tiempo después surgió una pregunta.

–sam, si eres rica, ¿por qué razón necesitabas dinero extra?

–¿Ah?

–Ya sabes, me alquilaste la habitación por eso.

–Oh, eso, pues... rocio me dijo que no aceptarías vivir conmigo gratis así que... – mueve sus manos como restándole importancia – después empezamos a salir y te dejé de cobrar, entonces. – sonríe nerviosa.

–¡¿Qué?!

–No te enojes, porfis amor. – toma su mano y la besa.

abril desvía la mirada.

–Las odio a las dos. – expresó a lo bajo.

–¿Qué dices? ¿Me adoras? Aww, que linda eres garza.

–¿garza...? – se escuchó una voz junto a su mesa.

La pelipúrpura miró hacia allí, encontrándose con la persona que no esperaba volver a ver nunca más.

–¿Mamá?

–Con que sí eres tú cariño, – sonríe – ¿dónde te habías metido? Tengo más de un año sin saber nada de ti.

–No es necesario que sepas de mí si me echaste de la casa, ¿no? – habló sin ninguna emoción en su rostro – Ahora, por favor, ¿podrías dejarnos cenar en paz?

Al escuchar aquello pone toda su atención en sam, mirándola con disgusto.

–¿Y tú quién eres?

–Soy... – mira a abril nerviosa – samantha rivera.

–Bien, samantha rivera, te vez cien por ciento como una maric-

–¡Para ya mamá! Soy una adulta, sam es mi novia, soy feliz, y te exijo que me dejes en paz.

–¿Disculpa?

–Lo que oíste, – respira profundo – ya no quiero nada que ver contigo, no me busques, no me contactes, y mucho menos a sam. – se acerca a su oído y susurra – Un paso en falso y todos los secretos de la familia salen al publico... esa chica es lo más importante de mi vida, vuelve a insultarla y tendremos problemas.

Volvió a sentarse.

–Lo siento tanto amor, pero, ¿podrías pedir la cuenta?

–Por supuesto.

–Y gracias mamá por arruinar nuestra celebración.

–No hay de qué... enfermas. – dijo esto último al alejarse.

abril casi se pone de pie, hasta que algo, o más bien alguien, la detiene.

–Hey, tranquila, no gastes tu energía en eso, ¿sí?

La chica suspiró.

Mientras tanto en la mesa de los garza...

–Ded, busca información sobre Samantha Rivera, tengo que hacerle una visita. – sonríe.

And they were roommates [rivari adaptacion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora