*Brabos Horson se ha convertido en tu subordinado*
*El territorio: "vaher cenut" se ha agregado a tu zona de influencia*
*Has completado la tarea oculta: Retornando una dinastía. Parte: inicio*
*Has ganado trescientos puntos de prestigio*
*Se han desbloqueado dos habilidades de trabajo*
*Puedes otorgar un nuevo título: Administrador de territorio*
*Brabos Horson ha perdido el título de gobernante: Brir*
*Brabos Horson es el actual Administrador de territorio de la vaher Cenut ¿Deseas que mantenga el título?*
*Acepta: SI/NO*
Afirmó sin pensar demasiado.
*Actualizando datos*
*Has desbloqueado la sección: Mis gobernantes*
*Brabos Horson ha sido designado como el nuevo Administrador de territorio de la vaher Cenut*
*Has completado la tarea oculta: Mi pequeño gobernante*
*Has ganado cuatrocientos puntos de prestigio*
*Has ganado una oportunidad gratuita en el sorteo de caja sorpresa*
Inspiró profundo al ver culminada la lluvia de notificaciones.
—Por tu expresión me percató que estás experimentando lo que mis subordinados denominan como mi bendición.
Brabos despertó del largo letargo causado por la extrañeza de su cuerpo y la caótica energía, que, aún sin ser afín, la logró sentir.
Su hija le miraba, temerosa porque algo malo le hubiese sucedido.
—Levántense —ordenó, y la pareja de padre e hija obedeció—. Te he conferido sabiduría y fortaleza para el puesto que temporalmente he designado para ti, el mismo que has hecho cumplir los últimos ernas, el de gobernar la vaher Cenut. Ahora estás atado a mi de por vida, sabré dónde te encuentras, conoceré tus pensamientos y mi sombra cuidará de ti. Obedece mis mandatos y experimentarás la riqueza, pero vuélvete en mi contra y solo te esperará miseria y agonía, como a los tuyos.
Brabos asintió innumerables veces con nerviosismo. Antes había sido un ignorante que creía haber estado de pie frente a una bestia, sin embargo, ahora que había recibido un poco de conocimiento se percataba que siempre había estado en presencia de un coloso, un ser de leyendas, comprendiendo que todo lo expresado por su nuevo soberano era una verdad absoluta, una amenaza verdadera, y no dudaba del cruel destino que experimentaría si se aventuraba a traicionarlo.
—No me atrevería, señor Barlok —dijo con tono solemne, recobrando la compostura que un hombre con su estatus debía poseer.
La silueta del Ministro apareció bajo el umbral de la entrada, acompañado de un grupo de hombres que cargaban un pesado baúl y telas de apariencia exquisita.
Los cargadores observaron con curiosidad a los desconocidos, pero el segundo que duró el vistazo fue suficiente para entender la peligrosidad de cada uno, demostrado aún más por el comportamiento del Brir.
—Mi señor —dijo Astra al llegar ante Orion, haciendo una breve pero magnífica reverencia—. Le presentó el tributo que trajo el hombre.
Brabos frunció el ceño, disgustado por el arrebatamiento del honor de presentar su propio obsequio, inspiró profundo y olvidó la ofensa, no estaba dispuesto a comenzar una lucha contra alguien tan cercano a su nuevo soberano.
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El diario de un tirano Vol. III
FantasyEl sol nuevamente se refleja en las frías tierras de Tanyer, pero la oscuridad que habita en cada sendero desolado, rincón apartado, cueva solitaria, no dejará que su dominio se vea agredido por las avariciosas manos del hombre. Orion se ha converti...