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Written by Monse
Advertencias: Sangre. Parto natural.
Comentarios míos: Se viene mi chiquito jijiji
90 d.C
High Tides, Driftmark.
Los gritos de la princesa Rhaenys Targaryen, se escuchaban por toda la habitación. Su cuerpo semi desnudo, tapado solo con un camisón amplio, sudoroso por el calor que su cuerpo emanaba. Sus negros cabellos estaban sueltos, cayendo por su espalda, hombros y brazos, pegándose a su piel de manera incomoda que la hacían querer cortárselo. Quemaba, todo en ella quemaba.
Esa mañana, había estado caminando por la playa en compañía de sus padres, quienes viajaron desde King's Landing hasta Driftmark a la espera de que su primer nieto naciera. No iban a negar su preocupación, la princesa tenía apenas 16 días del nombre y estaba a nada de que su hijo naciera. El temor de que falleciera en la cama de parto los inundaba desde el momento que les informaron del embarazo de Rhaenys.
Fue que Rhaenys quiso volar un poco con sus padres, cuando los indicios de contracciones la atacaron, haciéndola acuclillarse del dolor. Sus padres no habían perdido el tiempo, y la llevaron dentro de HighTides con su hija gritando de dolor. Lord Corlys Velaryon, había dado instrucciones más rápido que lento, pues estaba ansioso por ese bebe que venía en camino.
Rhaenys llevaba horas en la cama, revolcándose, perdiendo sangre y llorando desgarradoramente. Su madre no se separó de su lado, sosteniendo su mano y limpiando su sudoroso rostro con paños tibios que las parteras entregaban. Por más posiciones que buscaran, él bebe no quería salir aun, aferrándose al útero de su madre con fuerza, haciéndolo sangrar una y otra vez.
—Vamos mi princesa, esta vez es la definitiva —musito la patera, colocándose entre las piernas de la princesa al ver que, después de muchas horas, él bebe ya estaba en posición. Jocelyn suspiro con temor— ¡Puje, princesa!
Fuera del cuarto, Aemon Targaryen observaba a Corlys caminar de un lado a otro. Pensaba como el padre de la joven dentro de ese aposento y no como el príncipe Heredero. Su niña solo tenía 16 días del nombre, pronto tendría los 17 y era muy joven para ser madre. No podía aceptar aquello. Si bien, Jocelyn Baratheon tuvo a Rhaenys a una edad joven, no lo era tanto como la edad de su hija.
—Corlys, ven siéntate conmigo—dijo el príncipe. El hombre de casi su edad se sentó junto al príncipe. Ambos hombres tensos ante los gritos de la princesa dentro de la habitación. Trataban de ignorarlos, pero les era imposible, eran dolorosos y sangrantes—. Cuando Jocelyn estuvo de parto, recuerdo que todas las parteras la ayudaron a tener a Rhaenys de manera rápida y sin demora de horas.
