27. KING'S LANDING 104 d.C

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/ ⁄ VOULEZ VOUS PRESENTA

ACTO DOS — — Capitulo veintisiete:

Princesita presumida, mimada y caprichosa

Princesita presumida, mimada y caprichosa

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Palabras: 1645

Advertencias: Emoción. Celos. Discusión.

Maratón: 5/5

Comentarios míos: Puntito de vista de Nyra, upa... El título es por algo que va a decir cierta persona 👀 Disfruten, comenten y voten 😘


King's Landing

104 d.C

Séptima luna

Volar con Aemon era lo que a la princesa Rhaenyra más le encantaba. Syrax era del tamaño de una pata de Balerion, asi que su dragona podía revolotear alrededor del gran dragón de un lado a otro. El Terror Negro no le hacía nada, solo gruñir cuando pasaba muy cerca de su rostro como para taparle la vista. Estaba feliz, muy feliz de que Aemon estuviera en King's Landing de nuevo.

Las dos lunas que Aemon estuvo allí antes, fueron las mejores de su vida.

Claro, si ignoraba las veces que su Dama Alicent los interrumpía o parecía más interesada en quitarle su atención a Aemon.

Tuvieron que bajar de sus dragones cuando la hora del almuerzo estaba cerca. Lo que más le gusto de los regalos de Aemon, fue el collar que le trajo a Syrax ¡Era un corazón idéntico al que le puso en su cuello! Y su dragona lo presumía moviendo su cuello y pecho cada vez que alguien la miraba.

—Vamos Nyra, ¿O quieres quedar castigada? —El pelinegro la empujo de manera ligera al carruaje, donde Sir Criston y Sir Harwin los esperaban con la puerta abierta.

Ellos irían en caballo siguiendo el carruaje.

—No, ¿Quién sacara a volar a Syrax si no soy yo? —Pregunto la menor algo inquieta.

Iban a la fortaleza, donde la pelirroja Hightower estaba esperando a que Aemon llegara. No comprendía porque su padre la dejo regresar a King's Landing, aun después de saber que los Hightower estaban haciendo. Su madre decía que el rey era muy compasivo y perdonaba rápido a la gente, eso era cierto porque siempre perdonaba al tío Daemon cuando este se hacía sus dramas.

Tendría que estar colgada al cuello de Aemon para que la chica no se le acercara. No le gustaba, la forma en que Alicent miraba al pelinegro Velaryon, el cómo se sonrojaba por una mínima mirada del chico, su voz "inocente" y "tranquila" cuando era todo lo contrario. Dioses, cada vez que estaban todas las damas juntas conversando de temas triviales, ella llegaba y hablaba de Aemon y solo de Aemon.

𝗩𝗼𝘂𝗹𝗲𝘇 - 𝘃𝗼𝘂𝘀 (𝗥𝗵𝗮𝗲𝗻𝘆𝗿𝗮 𝗧𝗮𝗿𝗴𝗮𝗿𝘆𝗲𝗻)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora