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Palabras: 1805
Maratón: 1/5.
Comentarios míos: Regresamos a Volantis, ¿Qué ciudad libre será la siguiente? 👀 Disfruten, comenten y disfruten😘
Volantis, Ciudades Libres
104 d.C
Quinta luna
Las despedidas no eran algo de lo que se alegrara. Ni tampoco, que le agradara de hacer. No le gustaba ver a las personas que amaba y quería, llorar y rogarle para que no marchara. Le hacía recordar a cuando su abuela Lady Jocelyn falleció y tuvo que observar como su madre y tío Boremund lloraban por ello. Extrañaba a su abuela, de la misma forma que a su abuelo Aemon.
Nyra se le colgó al cuello cuando se estaba despidiendo, sollozaba para que no se fuera, para que no la volviera a dejar. Incluso menciono el que no quería saber que tenía amigas. Su madre le dio fuertes abrazos que lo retenían en el patio de entrenamiento, donde estaba la comitiva que lo llevaría a una de las puertas de la Ciudad. Sus hermanos y su madre llorando, hacían su corazón romperse. No quería marchar a Volantis, pero había un deber que hacer en las Ciudades Libres y en todo Essos.
—Vamos, amigo. Veamos que tanto han hecho en estas dos lunas —dijo acariciando una pequeña parte del lomo de Balerion.
Su mano era como una pulga en comparación con el gran cuerpo del dragon de Conquista.
Estiro su espalda, sintiendo como esta tronaba al haber dormido en la misma posición durante días. Bajo de ellos, el Mar Angosto mostraba su imponencia y su profundidad infinita. El agua calmada era solo una cara de toda aquella visión, porque una pequeña nube cargada de lluvia podía provocar las tempestades más catastróficas jamás antes escritas. Al Mar le tenía respeto, tanto respeto que prefería volar y no navegar.
Movió su cuello en círculos, teniendo recuerdos que mientras dormía su cabeza estuvo en una posición para nada cómoda de admitir. Solo a él se le ocurría dormir mientras Balerion volaba, pero ¿Dónde más podría hacerlo? No le gustaba hacer paradas en algunas islas pesqueras porque con el tamaño de su dragon era imposible. Además, que Balerion también necesitaba espacio para descansar y las islas que veía desde las alturas, no tenían ese espacio.
—Genial, estamos legando ¿Preparado para dormir en tu lodazal? —Pregunto divertido. Balerion hizo un movimiento brusco en respuesta, sacando algunas risas de su parte—. Gruñoncito.
