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Comentarios míos: Upa, Aemon fue de regreso a Westeros, ¿Con que sorpresas se encontrara? Hay dos puntos de vista: omnisciente y de Aemon. Disfruten, comenten y voten 😘😘
King's Landing, Westeros
104 d.C
Tercera luna, décimo tercer día
El fuerte batir de alas a la distancia hizo a los pueblerinos elevar su mirada al cielo. El cielo estaba cubierto de un celeste color veraniego, sin nubes que mancharan su color. Pero allí, acercándose lentamente con sus grandes alas oscuras, un gran dragón se acercaba. Los murmullos comenzaron a recorrer las calles hasta llegar a la Fortaleza Roja, la gente sonrió y grito feliz apuntando al cielo emocionados.
Dentro de la Fortaleza, el caos era único. Los guardias corrían esquivando a los invitados por aquellas celebraciones. Lores y Ladys buscaban respuestas a lo que sucedía, pero solo recibían como respuesta un "Observen el cielo". Al hacerlo, se encontraban con un gran dragón que había crecido unos centímetros más abarcando casi toda la ciudad de King's Landing, negro y con ojos que al admirar, entraban en su alma de manera escalofriante.
— ¿Es el Terror Negro? —Pregunto Lord Tully, esperanzado con la emoción recorriendo sus venas.
—Lo es —respondió Lady Redwyne.
Damas y doncellas corrían por los pasillos a los aposentos donde se encontraban tres hermosas princesas Targaryen. Las princesas Gael, la princesa Rhaenys, la reina Aemma, conversando entretenidas de diferentes chismes que pasaban por boca de la servidumbre. En el aposento también se encontraban los hijos de la princesa Rhaenys, Laenor y Laena, jugando con su prima la princesa Rhaenyra, junto a ellos, Gwayne Hightower.
El jovencito de cabellos pelirrojos había tenido buena conexión con Laenor Velaryon, aun asi, la princesa Rhaenys no se confiaba y prefería estar cerca para saber que intentaban hacer los Hightower.
—... Está usando un vestido más ancho. Quiere esconder su vientre de seis lunas, pero no le está funcionando —comento la princesa Rhaenys, bebiendo de una tacita el té que le fue entregado.
—Sera divertido ver cómo es que la noticia hace desmayar a Lord Tyrell —dijo la princesa Gael, riendo de manera ligera y contagiando a las demás princesas.
Las puertas fueron abiertas de sopetón por una de las jóvenes damas de la reina Aemma. Esta venía con su vestido algo desacomodado por la carrera, sus rizos pelirrojos caían por su frente de manera rebelde y sus mejillas estaban algo sonrojadas.
