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Palabras: 1125
Maratón: 4/5
Advertencias: Muerte de personaje.
Comentarios míos: Se nos fue el viejo y sin decir nada de lo que paso en el Gran Consejo. Disfruten, comenten y voten 😘😘
King's Landing
103 d.C
Cuarta luna, quinto día
Balerion rugía al aire desde su nidada. Se podía escuchar desde la Fortaleza Roja, los tristes cantos que el gran dragón hacía al cielo, siendo escuchado por todo el Continente de Westeros hasta el Muro donde los hombres de la Guardia tenían un mal presentimiento ¿Qué le estaba ocurriendo al Terror Negro?
El Rey Jaehaerys I estaba falleciendo.
Desde Driftmark y Lys, sus vástagos llegaron en barco ante la noticia del decaimiento del monarca. Lord Rogare acompañaba a su esposa la princesa Gael Targaryen, Lord Corlys acompañaba a su esposa la princesa Rhaenys Targaryen y a sus hijos Aemon, Laena y Laenor. Todos se encontraban en la Fortaleza Roja en espera de las lamentables noticias que mencionaran la muerte del Rey.
Aemon Velaryon se encontraba rodeado de sus hermanos menores y de la princesa Rhaenyra, la pequeña contaba con ocho veranos la misma edad que su hermano Laenor. Se encontraban sentados en una habitación contigua a la habitación del monarca. Rhaenyra estaba apoyada en su hombro, mientras Laenor y Laena mantenían sus cabezas sobre las piernas de su madre. Todos en un silencio nervioso, que hacía a los más pequeños —Rhaenyra y Laenor— removerse incomodos.
—El Rey requiere la presencia de Aemon Velaryon —dijo de pronto un guardia juramentado.
Frunció el ceño, ¿Qué tenía para decirle? Miro a sus padres, estos asintieron para que fuera. La curiosidad lo envolvía, pero guardo las apariencias para que nadie notara que estaba más interesado por lo que fuera a decirle que por sus últimas horas de vida. El rey se iba a morir de todas formas, fuera solo o rodeado de su familia, ¿Qué podía hacer el para detenerlo? Nada.
Cuando entro, se encontró con Sir Harrold Westerling hablando en susurros con el monarca. Al acercarse la conversación se detuvo y el caballero, tenía una carta en su mano derecha que escondió dentro de su armadura. Si no recordaba mal, ese era el pergamino que llevaba el nombre de quien sucedería al Rey ese día del Gran Consejo. No pregunto, porque si lo estaba ocultando era por algo que no podía saberse por el momento.
