ACTO DOS — — Capitulo treinta y dos: La Conquista del Cuervo Negro
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Palabras: 1120
Advertencias: Muertes. Gritos. Incendio. Punto de vista omnisciente.
Comentarios míos: Este capítulo está narrado como una crónica/relato de un maestre. Veremos diversos puntos de vista acerca de esta guerra que dura al menos hasta el cap 34 💖 Disfrute, comenten y voten 😘
Pentos
105 d.C
Por las malas. Claramente los Magísteres y el Príncipe de Pentos, querían todo por las malas. Aemon no tuvo que pensarlo dos veces para responder ante esa orden. Y Balerion no se quedó atrás, siendo su mayor aliado en esos tiempos de guerra.
En el lado sur de Pentos, por donde se encontraban viejas casonas de hombres mercaderes que abandonaron la ciudad, los ejércitos de Pentosis mantenían escondidas todas sus armas y municiones que podrían causar fuego descontrolado. La mitad de los guerreros se agruparon cerca de esas casonas con sus armas y escudos, como una especie de barrera entre los rebeldes —como llamaban a los esclavos que se unían a la lucha por su liberación— y las casonas.
Balerion voló hasta esos lugares sobrevolando los ejércitos de Aemon Velaryon y quemó todas las casonas sintiendo las armas filosas intentar atravesar su gruesa piel. Y, con el humo a su favor, Mollokh, Lord Corlys y Lord Vaemond y sus ejércitos le dieron lucha a los Pentosis que quedaron sobrevivieron a la quema del gran dragón negro. En las alturas, por sobre el dragón Balerion, en la montura roja oscura, un joven pelinegro de catorce veranos observaba la situación con una sonrisa de orgullo.
Tras de él, apareciendo otros dos dragones que quemaron sin piedad los ejércitos Pentosis que intentaban escapar. Caraxes y Meleys, con sus jinetes Daemon Targaryen y Rhaenys Targaryen.
Durante días, la lucha se concentró en esos lugares con los ejércitos de Pentos pereciendo ante la agilidad con la que los ejércitos "rebeldes" luchaban. Cada vez más, los esclavos rompían sus cadenas para sentir lo que era la libertad. Cada vez más, los ejércitos de Aemon Velaryon aumentaban ante la llegada de los esclavos libres. Los amos de aquellos esclavos, intentaban dar lucha a la situación, pero perdían ante la fuerza con que se enfrentaban.
En otro lugar, en el centro para ser más específicos, donde se encontraba la fortaleza de los inocentes, Dolores y Saera Targaryen cuidaban de los enfermos, de los niños y niñas, de las mujeres que eran protegidos en ese lugar. La princesa de Volantis, como se le era reconocida desde que Aemon tomo conquista de la ciudad de manera pacífica, prestaba sus servicios mientras su esposo e hijo luchaban en la guerra. La princesa Gael, quien también deseaba estar en el lugar debido a que la Triarquía comenzó a amenazar a Lys, fue enviada junto a las hermanas de su Lord esposo por protección a Poniente, donde estaría resguardada durante la posible guerra que sucediera.
