Antes que nada, quisiera disculparme por la tardanza, ha sido casi un mes sin actualizar y realmente lo lamento, pero estaba totalmente bloqueada y confundida e indecisa.
Estoy tocando un tema muy fuerte y delicado en este capítulo, y para que no se pierdan les aconsejo que vuelvan a leer el capítulo anterior.
Si tienes alguna duda házmela saber. Y no me odies. ¡Falta el epílogo!
Último capítulo.
Mis dedos duelen por el frio, y no importa que lleve guantes puestos, o que esté frotando mis manos, abrazándome. Al menos no soy la única que está vacía y cansada, el cielo también está así, con sus tenues violetas y fuertes azules, sin estrellas ni luna.
Suspiro y bajo mi vista, una media sonrisa se forma en mis labios al ver a un chico con un gorro de lana, justo al otro lado de la acera. Cruza el paso de cebra despreocupado y me pregunto cómo es que me olvidé de él, cuando él de mí no.
―Volví ―anuncia con los brazos abiertos y una sonrisa completa, llegando frente a mí y mirándome desde su altura.
―Lo sé, te estoy viendo ―digo, riendo un poco al verlo hacer un puchero. ―Te extrañé ―murmuro sobre su hombro luego de dejar que me acerque a él. Sus brazos me sostienen y las ganas de llorar me invaden, solo porque necesitaba este pequeño gesto.
―Es bueno estar de vuelta ―responde y se aleja para mirarme a los ojos.
Trato de limpiar la lágrima que se me ha escapado, pero fallo en el intento. El ceño de Zayn se frunce y cierro los ojos con fuerza. ―Lo siento ―mascullo. No podía arruinarlo de esta manera. Él recién había llegado de su corto viaje, y no tenía por qué enterarse. No tenía por qué verme llorar.
―No funcionó, ¿verdad? ―inquiere, llevando sus manos a sus bolsillos, expectante.
Lo miro, sin querer pensar demasiado en sus palabras.
―Pensé que tenían una oportunidad, al menos, merecían una ―dice y aprieto mis labios en una línea, sin saber que responder o cómo reaccionar. Zayn ya lo sabía, y probablemente lo sabía todo. Él, mejor que nadie, debía comprenderlo.
―Es... imposible ―titubeo, esperando que sea él quien decida dejar el tema.
―No lo es, Derek te hizo creer lo contrario ―sentencia y desvío mi vista al suelo, viendo como el pavimento se llena de pequeñas gotas, poco a poco.
―Prefiero no hablar de eso ―aclaro mi garganta. Zayn me examina, pero no refuta, aguarda en silencio a que yo cambie el rumbo de la conversación y así lo hago. ― ¿Cómo está tu abuela? ―cuestiono, recordando que él tuvo un viaje de emergencia por ella.
―Pues, bien, solo fue una falsa alarma ―niega, de pronto, divertido―. Quería ver a sus nietos y fingir que tuvo un paro cardiaco le pareció una buena idea ―bromea y eso es suficiente para que la capa de tensión que estaba empezando a asfixiarme se rompa.
Reímos y empezamos a caminar hacia alguna cafetería, para resguardarnos de la lluvia que se hace más fuerte conforme pasa el tiempo.
Zayn me cuenta sobre su viaje, las travesuras de sus hermanas y el cómo extrañó el internet en la casa de sus abuelos. La forma en la que lo expresa es agradable, sus ademanes son entretenidos, tanto que por un momento lo olvido todo.
Imagino una rústica casa de madera en medio de mucho verde, como Zayn lo describe, imagino la tranquilidad y el calor familiar que él percibió allí. Recuerdo a mis abuelos, a mis tíos y a mis primos, recuerdo las pocas veces que nos reunimos todos y el revoltijo que creábamos. Pero así como los buenos momentos, los malos llenan mi mente. Quiero gritar por ello, porque lo malo es capaz de opacar lo bueno, porque es capaz de devolverme atrás y estancarme allí. No importa cuántas intente escapar del fango, en vez de salir a flote solo logro hundirme más.
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Behind enemy lines © |h. s. & j. t.| BORRADOR RESUBIDO
FanfictionBORRADOR RESUBIDO Advertencia: Esta historia toca temas fuertes con la ingenuidad de una adolescente de 14 años en el 2014, pensaba hacer una edición, pero ahora prefiero dejarla como estaba. Jade tiene que vivir con el hecho de que la única persona...