Capítulo 17 (parte 2)

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Sus manos están apretadas fuertemente contra el volante, tengo miedo de que, en cualquier momento estrelle el auto y ¡bum!, hasta allí llegaría la vida de Jade Thirlwall.

No, definitivamente no quería morir en el deportivo rojo de Harry Styles.

—Puedes...

—Como por enésima vez, ¡te voy a llevar! —levanta la voz sin siquiera mirarme, parece un maldito psicópata, si tanto lo exaltaba tener que llevarme...

— ¡¿Por qué haces esto?! —le reclamo consciente de que sigue manejando, y de que yo le estoy gritando.

Muy bien, Jade, aumenta las posibilidades de un accidente” Dice sarcástica mi subconsciente.

Hace una extraña maniobra y estaciona el auto bruscamente al lado del pavimento.

Santo. Dios.

— ¿Hacer qué? —espeta mirándome duramente.

— ¡Esto! —digo y exploto en un vómito verbal—, ¿por qué te empeñas en llevarme?, ¿por qué te comportas así?: vas a mi casa, me obligas a subirme a tu auto, me llevas a la heladería y allí me gritas por compararte con Derek, luego me jalas, me cargas como si fuera un objeto, me tiras sobre tu...

No puedo seguir, su cara está tan cerca, su mano está sobre mi boca y su brazo libre me rodea.

¡¿Por qué era tan rápido?!

—Cá-lla-te —pronuncia lentamente y trato de zafarme de su agarre, iba a comenzar a ir a un gimnasio, todo con tal de ganar algo de fuerza y aprender otro poco sobre defensa personal, aikido, karate o lo que fuera, para así poder aplicarle a Harry unas cuantas llaves y que aprendiera de una vez por todas que yo no era un trapo al que puede jalar, cargar, callar, etc.

Harry´s POV

Sus ojos me miran, y sé que mentalmente me está descuartizando o ideando algún plan maléfico. Pero no me importa.

Estaba enojado con ella porque se iba a ir con ese imbécil, porque me había hecho caer y porque estaba haciéndomelo más difícil de lo que creía.

Era tan terca, malhumorada y gruñona —solo conmigo—, siempre estaba a la defensiva y tenía el ceño fruncido, podría contar con mis dedos las veces que la había escuchado reír, y aun así me sobraría una mano.

Me desesperaba, me irritaba y me enojaba como los mil demonios, pero necesitaba molestarla, nuestros estúpidos conflictos me hacían sentir diferente… Vivo.

Sigue así Harry, vas a parecer una hermosa niñita

Se burló mi subconsciente, pero Jade me hizo volver a la realidad,

—Suéltame —¿cuántas veces la había escuchado decir eso hoy?, su voz era amortiguada por mi mano, entonces recordé lo cerca que yo la había puesto de mí.

Hice lo que me pidió a regañadientes y la solté, de nuevo sentía esa extraña sensación…necesitaba ir a distraerme o algo, quizás debía llamar a… ¿cómo se llamaba?, ¿Jessica?, bueno, iba a llamar a Jessica ni bien Jade se bajara del auto y vaya con Derek.

Derek.

—Deja de gritar o juro que te pondré algo en la boca—siseo, retomando mi enojo y sonando más duro de lo que quería…Esperen, ¡eso sonó mal!

Enciendo el auto y lo pongo en marcha, la miro de reojo y me encuentro con su perfil, no le había encontrado el doble sentido a lo que dije, aunque quizás no lo había para ella porque era demasiado inocente, pero para mí sí, se me habían ocurrido unas cuantas ideas…

Sacudo la cabeza desechando esos pensamientos y acelero, impaciente por llegar, dejar a Jade y llamar a Jessica.

 —¿Puedes ir más lento? —masculla aferrándose con sus manos al asiento y sonrío socarronamente, le iba a demostrar lo rápida que podía llegar a ser mi bebé.

—Llegamos —anuncio y sonrío satisfecho cuando la veo, tenía los ojos bien abiertos y se había despeinado, pues yo había abierto su ventana apropósito.

—Idiota —dice entre dientes, y sin poder evitarlo río, se veía tan adorable enojada.

¿Adorable?, ¿de dónde había salido eso?

—Saluda a tu agresor de mi parte —retomo mi postura fría y rueda los ojos, algo común en ella.

—Solo… —me mira un largo momento, buscando las palabras adecuadas para hablar supongo, suspira pesadamente y abre la puerta, la veo mientras baja—, solo no te olvides de nuestro trato, yo ya cumplí mi parte así que tú has la tuya —dice y algo empieza a crecer en mí. Aprieto la mandíbula para no gritarle y ella frunce los labios, expectante.

—No te preocupes, cumpliré —digo sin mirarla y escucho como bufa, cierra la puerta y yo arranco a toda velocidad, importándome muy poco haberla dejado allí, importándome un bledo haberme llevado sus cuadernos, ya se los daría a alguien para que se los entregara, porque yo no me iba a acercar a ella.

Era una estúpida ciega, no veía mis intentos fallidos por ser amable con ella, y vaya que lo había intentado, la había llevado a la maldita heladería y me había ofrecido a pagarle sus helados, pero ella como siempre me había mandado a volar.

Conduzco dos cuadras más y me estaciono al frente de un parque, quito la llave del contacto y me paso las manos por el cabello, frustrado.

¿Por qué hacía esto? ¿Por qué me hacía esto?

Sabía que sería difícil porque ella me despreciaba, sabía que no iba allegar a ningún lado, y quizás actué mal y no debí haberla obligado a venir conmigo, ¿pero qué más hacer si esa es la única manera de tenerla a mi lado?

Ella no era como las demás, y me lo había demostrado desde el primer momento en que la vi, me lo había demostrado en la fiesta, y aun estando borracha me había atrapado.

Cierro los ojos e inevitablemente recuerdo esa noche.

De nuevo esa sensación al recordar sus pequeños labios contra los míos...

Pero no, había quedado claro que no quería nada conmigo y yo no iba a andar atrás de ella. Ya no más Jade Thirlwall.

Saco mi teléfono de mi bolsillo y busco un número en mis contactos, al segundo tono contestan.

— ¿Bueno? —la voz aguda de Jessica se hace presente.

—Hola, hermosa —pongo en práctica mi método de seducción.

— ¿Harry? Hola bebé, ¿cómo estás? —puedo notar la emoción en su voz, y no estoy dispuesto a decepcionarla.

Behind enemy lines © |h. s. & j. t.| BORRADOR RESUBIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora