Capítulo 33

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La opresión en mi pecho ha cesado. Mis lágrimas se han secado en mis mejillas. Y algo ha dejado de funcionar en mí.

No puedo moverme. No quiero. Sé que estoy siendo dura conmigo misma, pero también sé que me lo merezco.

Necesito esto. Necesito verla frente a mí. Necesito sentir de nuevo su partida. Lo necesito porque solo así puedo mantenerme firme.

Basta de acciones estúpidas, basta de querer tapar la realidad con mentiras. Tengo que reconocer lo que pasó. Tengo que aceptar que si Kate ya no está conmigo es por su culpa.

¿Cómo pude haberlo ignorado de esa manera?

¿Cómo pude dejar que Harry se acercara?

¿Cómo pude, si quiera, besarlo…?

Me doy asco. Me odio a mí misma. Lo odio a él. Lo odio por todo.

¿Por qué simplemente no me dejó tranquila después de que lo abofeteé?

¿Por qué no me aleje cuando tuve la oportunidad?

¿Por qué no le dije que lo odiaba con toda mi alma…?

 

Aprieto los dientes, botando lejos las respuestas inconscientes que llegan a mí.

Harry era el culpable. Harry la hirió. Harry jugó con los sentimientos de muchas. Y ahora, era yo la siguiente.

No iba a dejar que se saliera con la suya. No iba a dejar que me hiciera daño a mí. Él tenía que pagar. Pero, aunque todo dentro de mí me grita que sea yo quien lo haga sufrir, no puedo. Algún día alguien más lo haría. No soporto la idea de estar a su lado. Solo quiero que se aleje. Quiero alejarme. Quiero desaparecer.

―Es hora de irnos ―anuncia y su voz no hace más que alterarme. Trago saliva y me levanto, sintiendo las piernas entumecidas, y el coraje creciendo en mí.

―Me quedaré ―digo, sin sorprenderme por lo monótona que suena mi voz.

Derek frunce el ceño y quiero gritarle que se vaya, sin embargo; no lo hago. No aun.

―No ―refuta rotundamente y luego ablanda su expresión, pero ya no le tengo consideración alguna, al menos no por ahora―. Tenemos que regresar ya o…

― ¿O qué? ―lo interrumpo y tomo una inspiración profunda―. Solo… márchate ―mascullo, conteniéndome, sin poder mirarlo más.

―Bien ―escupe enojado, y espero paciente, pero no se mueve.

―Vete, por favor ―presiono, clavando de nuevo mis ojos en él.

Derek niega y da un paso hacia mí. Sé que quiere llevarme a la fuerza, y no lo permitiré esta vez.

― ¡No me toques! ―retrocedo de inmediato, perdiendo los estribos. Él se sorprende por mi arrebato―. Derek, quiero estar so… ―mi labio inferior tiembla y aprieto la mandíbula―, quiero estar a solas con ella ―señalo, sabiendo de antemano que si no me tranquilizo, él y yo no llegaremos a ningún lado. No quiero pelear, no tengo las fuerzas necesarias.

Mis palabras tienen el peso suficiente como para que Derek me deje en paz, y contengo el aliento hasta que el sonido de sus pisadas se mezcla con el del viento.

Me dejo caer una vez más, y las lágrimas acuden a mis ojos.

―Lo siento… ―le digo en un hilo de voz, mi garganta escuece―. Lo siento, Kate. Perdóname. Perdóname, lo siento mucho ―mi voz se quiebra, pero no dejo de hablar. Tengo que decírselo―: No quise que fuera así. No quise q-que… ―sollozo y trato de parar los pequeños espasmos que me asaltan.

Behind enemy lines © |h. s. & j. t.| BORRADOR RESUBIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora