Trabajar y pasar todo el día con Max Verstappen quizás era el sueño de toda fan, y así fuera para Lucy, la futura encargada de redes y coordinación personal del piloto si no fuera porque es un grano en el culo, cuando trabajaba era molesto, antipát...
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Un toque insistente pero suave se sentía en mi hombro, abrí los ojos levemente encontrándome frente a mi la imagen más linda que creí ver.
Un Max arrodillado a mi altura mirándome con sus lindos ojos azules y una sonrisa, su cabello estaba húmedo y tan solo tenía un jeans y zapatos.
Sonreí sin ganas y alborotó mi cabello aún con su sonrisa, cuando se lo proponía podía ser tierno.
-Que quieres Max- le hablé con antojos de seguir durmiendo, me seguía sintiendo miserable.
-Es hora de levantarse, es día de carrera! Tus favoritas- sonrió.
-Hoy no Max- gire mi cabeza al otro lado.
Escuché como se levantó riendo y habló de nuevo.
-No me hagas levantarte Lucy- me aviso y yo simplemente me hundí más en su cómoda cama- te lo advertí eh
De un solo movimiento me tomó de la cintura levantándome con él, entre risas intenté soltarme de su agarre pero era inevitable claramente era más fuerte que yo, me acomodó mejor en su espalda y riendo camino hasta la cocina.
-Debes comer- dijo riendo, pero antes de bajarme a la silla con total confianza y descaro me dio una nalgada, ocasionando que pegara un brinco sobre él.
Al quedar sentada lo miré sorprendida mientras el reía.
-Idiota!- le grité golpeando su brazo.
-Auch me lastimas- dijo aun riendo- no sabes las ganas que tenía de hacerlo.
-Eres un imbecil- reí negando- te salvas que eres guapo.
-Te parezco guapo?- se tocó el pecho emocionado.
-Quizás, un poco- admití sonriendo, no se desde cuando soy tan confiada con el rubio.
-Tu a mi me pareces hermosa- dijo acercándose a mi, pero me alejé lentamente.
-No, Max- me levanté de la silla abriendo el pequeño refrigerador en busca de alguna soda.
-Lo siento Lu- se acercó borrando su sonrisa- esta muy reciente lo tuyo con...- lo interrumpí antes de terminar.
-Si...- miré incomoda el suelo- que vamos a comer?- no quería dañar el momento, muy pocas veces nos llevamos tan bien.
-La especialidad de Max- dijo volviendo a sonreír- cereal y leche.
-Eres todo un chef no?- pregunté divertida.
-Un chef profesional- buscó la leche y el cereal- y hoy serás la afortunada.
-Cada día hay una diferente o que- reí elevando las cejas y negó.
-Max es un privilegio, no cualquiera pasa por este cuerpo- dijo haciendo un baile gracioso, le lance cereal abucheándolo y soltó una carcajada.
