Capítulo 28

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Sentimientos

De nuevo desperté en la cama de Max, con su brazo en mi cintura y mi cabeza en su pecho, era algo a lo que no estaba acostumbrada ya, Will hace mucho no dormía así conmigo

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De nuevo desperté en la cama de Max, con su brazo en mi cintura y mi cabeza en su pecho, era algo a lo que no estaba acostumbrada ya, Will hace mucho no dormía así conmigo. Se que no debo comparar a Max con ese idiota pero es imposible no notar como Max es tan perfecto, incluso dormido.

Sus pestañas caían en sus mejillas con sus ojos cerrados, sus carnosos labios entreabiertos y mechones de cabello chocando con su frente, no roncaba, ni babeaba, era tan pacifico.

-Me da cierto miedo que me veas dormir- dijo Max y pegué un saltito al escucharlo.

-Se supone que estabas dormido- me quejé golpeando su cabeza con suavidad.

-Llevo media hora despierto- sonrió aún con los ojos abiertos- simplemente me siento cómodo.

Sonreí mirándolo y con suavidad abrí su ojo divertida.

-Eres muy guapo idiota- reí sin dejar de mirarlo.

-Lo sé- sonrió y bufé- tu eres preciosa.

-Deja de coquetearme Max- puse mi mano en su boca callándolo y la quitó con facilidad.

-Ahora es que lo notas?- abrió sus ojos divertido- llevo 6 meses haciéndolo.

-Eras un ogro- le acusé- era difícil saber si era coqueteo o me odiabas.

-Tu también me coqueteaste- me señaló y negué arrugando las cejas- claro que si, la primera fiesta del equipo, dijiste que te encantaban mis ojos- parpadeó repetidamente con una mueca.

-Deja de recordarme eso- le apunté- estaba ebria.

-Es una mala excusa pero te la dejaré pasar- se levantó de la cama dejándome sin su calor- saldré a entrenar, que quieres desayunar?- preguntó con una sonrisa.

-Tostadas- le respondí con cierta emoción.

-Tostadas serán- salió de la habitación dejándome sola en ropa interior en su cómoda cama, en otras circunstancias me fuese vuelto a dormir, pero era una mejor oferta ver a Max sin camiseta haciendo el desayuno.

Tomé su camisa que usó anoche y la puse sobre mi cuerpo como una especie de batola, me puse sus pantuflas y bajé las escaleras en busca del rubio.

Estaba de espaldas a mí frente a la tostadora, parecía hacer otra cosa en la cocina, olía a tocineta y huevos.

-Tu vienes incluido en el desayuno?- pregunté pasando mi mano por su espalda.

Golden Boy • Max VerstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora