|Cuatro|

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—¿Maegor como pudiste tomar como esposa a tu hermana? —Aegon miró a su hijo—has hecho todo lo que querias, sin ataduras pero esto... paso los límites permitidos.

La reina Visenya agarraba a su hija, la princesa estaba llorando y trataba de controlarse.

—Me casé con ella, con mi dulce hermana en Pentos—confesó Maegor—eres el rey, pero eso no significa que tenga que pedirte permiso, padre.

—Esto es una falta de respeto a mi figura cmo rey, un descargo a mi autoridad.

—Padre, no tienes derecho, ni como rey , ni como padre... ¿Donde has estado estos últimos años? ¿Donde estabas cuando Maerys te escribia cartas para que vengas a verla?, para nosotros solo eres el rey, pero no como padre, todos sabemos que solo somos inexistente para ti—confrontó Maegor, Aegon se había olvidado de ella desde hace muchisimo tiempo, no había duda que el rey tenía preferencias—¿por que ahora quieres llevarte a mi hermana?, ella ni siquiera conoce a Aenys, se olvidó de su rostro. Sabemos que a Aenys lo llevas a todas partes porque ves en él, a mi tía Rhaenys...no como tu heredero, más bien como a Rhaenys.

—¡Maegor! —gritó el rey Aegon—¡cuida tus palabras! ¡Este matrimonio se anulará! ¡Guardias!

El rey Aegon dio la orden, aquella orden que Visenya no podía evitar. Dos guardias agarraron a Maerys, la princesa no dejaba de llorar y pataleo para que la dejarán. El llanto resonó por cada pasillo, algunos maestres miraron con tristeza a la princesa, y las criadas se limpiaban las lágrimas al ver que aquella princesa alegre que veian cada Luna lloraba como nunca antes lo había hecho. Cada lágrima era simplemente doloroso, Maegor intentó retenerlos pero los hombres eran más, el rey parecía estar firme en su decisión.

—¡Hermano! ¡Esposo mio! ¡Mamá no quiero irme!... —lloriqueo la princesa—¡Otros me están sujetando!¡ Mamá otros me tocan!

Maegor y Visenya sabían que Maerys odiaba ser tocada, agarrada o simplemente cualquier tacto que no sean de su entorno muy cercano, le afectaba demasiado que dos desconocidos le estén sujetando.

—Padre, dejame vivir aquí, no me alejes, padre, padre , padre, padre... no quiero irme de casa—rogó Maerys—tengo miedo, tengo miedo...padre, padre.

—Irás a casa hija mia —respondió Aegon.

—Me estas separando de ella... Padre.

La princesa Maerys de tanto llorar se desmayó en los brazos de los guardias, el rey Aegon la sujeto entre sus brazosy se encaminó en el barco. El príncipe Maegor estaba sujetado por cuatro guardias reales para detener sus pasos, mirando cada vez más lejos de como su padre, se estaba llevando a su hermana esposa, a aquella persona que ama, la única persona que lo entendía la estaban alejando de él. Los dioses estaban con ellos, pero los dioses también pueden ser crueles, la reina Visenya miró la partida de su hija, de su hermano, de su esposo y de su rey, esto definitivamente los alejó para siempre, no podía hace nada, no podía oponerse ante la orden.

Desde niños Maegor y Maerys nunca se habían separado por demasiado tiempo, cuando Maerys tenía seis años y Maegor nueve años se habían ido a pescar por primera y única vez, fue donde Maerys empezó a desarrollar más su temprano enamoramiento hacia su hermano y también fue cuando vio por primera vez sangre, donde Maegor se lastimó con una daga y había pensado que se iba a morir y agarró la misma daga para intentar cortarse y morir junto con su hermano, desde ahí, ellos dos eran siempre uno, en la tormenta y la paz.

«Maegor y Maerys eran la combinación de la inocencia y lo cruel»

—Me casare con mi dulce hermana nuevamente, aunque mi padre me lo prohíbe —pronunció el príncipe Maegor—Mi hermano Aenys no se quedara con ella, con fuego y sangre la tendré a mi lado.

Si eran ciertas o no, Todos sabían que los ojos de Maegor cambiaron. La princesa Maerys era la única que lo retenía de sus crueldades y ahora que ella se fue... ¿Quién retendrá la ira de Maegor?

¿Hizo bien el rey separar en dos, en lo que era uno solo?

Nadie sabe las consecuencias que esto tendría, era un antes y después, la moneda estará en dos, fuego y sangre. Era como el dragón despertar nuevamente, el príncipe poseia el lado de su madre, su fuerza, en las armas y mucho más de lo que es Aenys, su medio hermano le había quitado el cariño de su padre, ahora lo está haciendo con su esposa hermana.

—¿Madre, por qué no lo detuviste?

La reina Visenya se arrodilló ante su hijo y lo miró fijamente.

—Porque no soy el rey, me duele ver que mi hija se ha ido... Maegor dime ¿que pasó en Pentos?... ¿Ustedes consumaron?

—Si, madre—asintió el príncipe—anoche
engendré un hijo para la casa Targaryen.

—¿Que...?

—Si mi padre casa a Maerys con Aenys, tendrá en su vientre a mi hijo, no de él. Porque se que Maerys no se dejará tocar por nadie que no sea yo, nadie madre.

—Que los dioses nos ayuden.

Maegor en el había odio en sus ojos, aquellos ojos violetas cambiaron para bien o para mal, le habían quitado su parte, su mitad, su sol en medio de la oscuridad. El rozal del frío tocó su corazón y la locura de la moneda se apodera de su mente. La reina Visenya ordenó a un maestre que enviará un mensajero hacia desembarcó del rey, se imaginaba a su hija demasiado débil, demasiado frágil sin ella y su hermano, ha crecido en rocadragón toda su vida, ha nacido y crecido ahí, Maerys ers dulce, tímida y demasiado delicada, era todo lo contrario a su madre y hermano.

La reina Visenya no tenía tanto aprecio hacia el hijo de su hermana Rhaenys, a Aenys. Desde que Rhaenys falleció solo Aenys quedó para el consuelo del Rey, lo llevaba a todas partes, era su sombra misma, Aegon se había olvidado que tenía otros dos hijos, se olvidó por completo de Maegor y Maerys, aquellos príncipes que crecieron solo son su madre, solo conocían el amor de la reina Visenya, los dos niños eran la sombra de Visenya, ella siempre los llevaba a la corte cuando tenía que acudir, llevaba a Maerys junto con su Dragón Vhagar por los cielos pero el rey Aegon nunca lo hizo, para él, solo existía Aenys, hijo de Rhaenys.

Pero ahora lo esta quitando a su única hija.

A su dulce hija.

A su Maerys.

THE INNOCENCE +18 | Maegor Targaryen|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora