|Trece|

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El cielo es brillante y las aves vuelan con tranquilidad, el mar esta descansando y el viento sopla como un ferbido de alegría. Los dioses miran desde lo más lejos contemplando lo que está apuntó de llegar.

—Mi rey—dijo el maestre —ha llegado una buena  noticia

Aegon desde su balcón y con una copa de vino dulce en su mano y mirando la ciudad, volteó a ver al maestre.

—Continúe—pronunció el Rey

—La princesa Maerys esta encinta.

El rey sonrió ante la noticia, era algo que definitivamente haría feliz al Reino y cada rincón tendría que saberlo.

—¿No hay duda de ello?

—No su Majestad, se ha comprobado que la princesa esta encinta.

—Bien... puede retirarse.

La alegría que sentía que su hija este esperando su primer nieto le llenaba de fervor. Pero también de dudas, ya que el Rey consideraba que era demasiado pronto que Maerys estuviera encinta con dos lunas después de haber consumado el matrimonio con su hijo Aenys. Temía que aquel bebé que esta creciendo en el vientre de su hija sea de...Maegor. Aegon sabia que Maerys había perdido su pureza con Maegor en Pentos y la probabilidad de que engendró un hijo en su hermana menor es alta y eso era la razón de porque casó demasiado rápido a Aenys Y Maerys.

—Solo los dioses y yo sabemos la verdad—murmuró el rey

Después se retiró de sus aposentos para dirigirse en los aposentos de su hija a darle las felicitaciones, también mandó una carta hacia Rocadragón para informar a la reina Visenya sobre la noticia y que venga inmediatamente a desembarcó del rey. Ambos Reyes apenas se veían y ya nunca más paraban juntos, la reina Visenya seguía molesta con Aegon desde el asunto de Maerys, muchos decian que Visenya prefería pasar día y noche en el aire junto con su dragón Vhagar que estar en la corte con Aegon.

Al llegar, entró y vio a sus dos hijos juntos. Aenys estaba sentado sobre la cama acariciando el vientre de su esposa y Maerys comiendo unas frutas, al darse cuenta de la presencia de su padre, el príncipe se levantó y se dirigió a su padre para darle un abrazo.

—Felicidades hijo, pronto la familia crecerá —comentó Aegon—que la madre los acompañe en este camino.

—Gracias padre, estoy muy feliz por la buena noticia, estoy seguro que esto es una señal de que el Reino siempre estará en paz por miles de siglos.

—Así es hijo, esto asegura nuestro sangre, el tuyo y el mío.

El rey caminó hacia su hija que no les prestó atención a su conversación que solo comia como una niña hambrienta.

—Maerys, mi niña, felicidades —pornuncio el rey sentándose en la cama y agarrando la mano de su hija —Has hecho que el corazón de tu rey, de tu padre este feliz.

—¿En serio padre? —Maerys dejó de comer y miró a su padre con una sonrisa

—Si—asintió Aegon—Aenys te cuidará en todo esto, es tu esposo y tu hermano...y pronto el padre de tu hijo.

—Mi hijo...padre, ¿puedo confesar algo? —preguntó Maerys, la cara de Aegon se puso duro y sintió que su hija dijera la verdad frente a Aenys—¿No moriré?

La princesa se adelantó antes que el rey hablará y un tranquilidad volvió en él.

—¿Por que lo preguntas?

—Algunas doncellas me dijeron que las mujeres mueren cuando llega el momento de sacar al bebé del vientre, ¿morire padre?

—No mi pequeña, tú eres fuerte, la sangre del dragón recorre por tus venas y el dragón nunca muere por unas simples heridas... así que tu no morirás ¿entendido?

—Si padre.

—Aenys cuida de Maerys, estaré en la corte y arreglare algunos asuntos del Reino.

—Entiendo su Majestad.

El rey dejó solos a los esposos y se dirigió hacia la Corte. La princesa miró su vientre y sonrió, daría un hijo a su hermano, a Maegor y ansía verlo para darle las buenas noticias ella misma, había partido hacia Rocadragón junto con su madre después del torneo, nisiquiera quería verlo por había estado molesta con él y ahora se arrepentía de enojarse con su hermano sin ninguna razón, pero odiaba la idea que de que Maegor mire a otra que no sea ella, se decía que Maegor no era el mismo, Maerys conocía a su hermano y sabía que el principe Maegor no era una persona amable y gentil con la gente, excepto con su madre y ella.

Sin darse cuenta por estar en sus propios pensamientos, Maerys se sorprendió cuando Aenys la comenzó a besar en el cuello, el corazón de Maerys latía veloz y miró a su esposo con molestia, algo que el príncipe Aenys no notó, entonces Aenys levantó la mirada y le sonrió a su esposa apesar que notó su molestia, el príncipe quería mostrar más cariño a su hermana esposa, quería ser un buen esposo para ella y quería entregar su corazón apesar que su corazón tenía una mitad de otra persona. Aunque ambos se habían casado por obligación, había un pequeño gusto mutuo entre ambos.

Aenys besó delicadamente los labios de Maerys en un largo beso y acarició su rostro, la princesa Maerys sentía que las acciones de Aenys eran raros, ya que eran diferentes los que Maegor hacia con ella cuando estaban solos y eso siempre la confundían, sus sentimientos se mezclaron con todo.

—Por tí y por nuestro hijo, seré un buen esposo.

—Quiero ver a mi madre...vayamos a Rocadragón porfavor—dijo Maerys —pasamos una Luna y después venimos a organizar un banquete en honor a nuestro hijo, quiero darle la noticia a mi madre, porfavor Aenys.

—¿Estas segura?

—Si

—Entonces le diré a nuestro padre para que este un barco listo.

—Gracias.

—Es por tí.

El príncipe dejó a su esposa con una doncella en su ciudado y se encaminó en ir en busca de su padre, caminó entre los pasillos y las sonrisas de algunas doncellas al verlo pasar. Cuando de repente sintió unas manos en su muñeca que le llevaron en una sala, al darse cuenta, no era ningún desconocido que estropeó su camino hacia su padre, si no más bien a alguien que nunca había visto demasiado anojada y con los brazos cruzados.

—Alyssa.

—La noticia vuela demasiado rápido, en cada pasillo escuché los murmullos de que serás padre, Maerys esta encinta... Felicidades.

—Sucedió, se que estas enojada pero sabias que era inevitable.

—¿Que Maerys este esperando un hijo tuyo? ¿No te has dado cuenta lo que susurran a tus espaldas?

—¿Que cosa?

—Eres tan...¡debil!, caes demasiado rápido en las mentiras de tú...

—Alyssa cuida tus palabras, no es alguna doncella de la que estas hablando, es la princesa, es la hija del rey, es mi hermana y mi esposa...ambos sabemos que lo... nuestro... nunca iba a funcionar.

Alyssa se río sarcásticamente y soltó un suspiro demasiado pesado.

—¡Yo te amo!... ¡Dijiste que tendríamos hijos y que el primer hijo se llamaría Aegon!

—Alyssa tranquilizate, no era mi intención herirte, lo siento mucho porfavor... perdoname.

—Solo espero que seas felíz... espero que Maerys te amé como yo lo hago.

—Alyssa...

Su mano la soltó, y el hilo se rompió.

THE INNOCENCE +18 | Maegor Targaryen|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora