|Ocho|

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El aire estaba cargado con una sensación de alegría y expectación

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El aire estaba cargado con una sensación de alegría y expectación. Los comerciantes preparaban ventanas con flores para el gran acontecimiento, y los niños corrían de un lado a otro, gritando de entusiasmo. Las mujeres hablaban entre ellas y se volvían hacia el camino para ver si veían a la princesa Maerys. Había un ambiente festivo en la calle. Los muchachos corrían, saltaban y gritaban ,en todas partes, el ambiente estaba cargado de esperanza y de un sentimiento de unidad. Mientras los pobladores celebraban la llegada de los reyes, un carruaje con cortinas de seda y grandes ruedas de madera se acercaba por la calle. Los cocheros vociferaban mientras movían los látigos sobre los caballos. En una pequeña ventana del carruaje, un rostro juvenil y bello se asomó y miró con curiosidad la ciudad que lo rodeaba.

La multitud empezó a silbar, aplaudir y a gritar alegremente al ver la figura en la ventana. La multitud abrió paso al carruaje, y aunque nadie había visto la cara del joven, todos suponían que era el príncipe Aenys. La gente se agolpaba a los lados de la calle para tomar una mejor posición para ver al príncipe.

Durante un instante, todos los presentes se sentían unidos por la alegría y la aventura de la boda. La felicidad de la multitud aumentó cuando un carruaje de músicos pasó por la calle, sonando un alegre y rítmico sonido. Las mujeres levantaron las manos y bailaron mientras caminaban junto al carruaje y los hombres sonreían mientras miraban a los músicos.

El carruaje se detuvo ante la entrada del castillo, y los guardias levantaron los puentes levadizos. La multitud se apretujó, y los guardias hicieron a un lado a la gente para abrir paso al carruaje. Los caballos empezaron a subir la pendiente del camino, y el carruaje se balanceaba hacia atrás y hacia adelante con cada bache.

Finalmente, el carruaje llegó al patio del castillo, y los caballos frenaron con un ruido de cascos y de frenos. El carruaje se detuvo, y los guardias bajaron las escaleras de madera. La princesa Maerys bajó y la multitud la saludó con vítores y aplausos.

En el entusiasmo generalizado de la multitud, unos cuantos observadores eran suficientemente perspicaces para notar el pesar que ocultaba la sonrisa de la princesa. La expresión de Maerys cambiaba a medida que caminaba hacia la iglesia, pasando de una sonrisa automática y forzada a una expresión de tristeza y vacío. El príncipe Aenys lucia feliz, ambos hermanos se veían demasiado bien, la multitud gritaba «Vivan los Reyes » «Viva la próxima reina ». Ambos se encamiaron hacia el trono, donde la ceremonia esta por empezar, Maerys con los ojos trataba de encontrar a su hermano Maegor, pero no estaba, al llegar a la sala del trono, muchos Lores estaban presentes, incluso vio a su madre junto a su padre, había venido y no le había abandonado.

Maerys y Aenys caminaron hacia el Septón, y frente a el, se miraron a uno del otro, Maerys no había notado la presencia de Maegor, no estaba, todos habían venido pero menos él, apesar que Maegor le había tomado nuevamente antes de su boda.

Él Septón habló.

—En presencia de los siete dioses, yo enlazó a estas dos parejas, que sus almas estén unidas por toda la eternidad. Mirense cada uno a los ojos y digan las palabras: Padre,Guerrero, el rey de los siete reinos, desconocidos, alma extraña. Yo soy de ella y ella es mía. Desde este día hasta el último de mis días.

THE INNOCENCE +18 | Maegor Targaryen|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora