━━ 𝙈𝙖𝙚𝙧𝙮𝙨 mi dulce hermana, mientras estemos juntos puedes quererlo todo. Solo quedate a mi lado a pesar el daño que te he causado durante toda una vida »
Maerys Targaryen es la hermana menor de Maegor Targaryen, ambos hijos de Visenya y Aegon...
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—¿Maerys y yo tendremos hijos?
—Si mi príncipe...serás padre...Pero.
—¿Pero qué?
—Pero... ella tendrá cuatro—continuó la anciana —tú solamente uno.
Maegor miró fijamente a la anciana, tratando de comprender sus palabras. La idea de que Maerys pudiera tener cuatro hijos de alguna manera y él solo uno lo dejó perplejo, no entendía. ¿Cómo era posible? ¿Había algo más que la bruja no le estaba revelando?
La anciana, con una sonrisa enigmática, parecía disfrutar del desconcierto de Maegor.
—Hay muchas maneras en las que una profecía puede cumplirse, mi príncipe— dijo con voz suave pero cargada de misterio—El destino es un camino complicado y a menudo impredecible.
Los ojos oscuros de Maegor se clavaron en los de la bruja, fulminándola con una mirada glacial que lo habitaba cuando se sentía irritado o molesto.
—Estás mentiendo—declaró, con voz tranquila y fría—. Maerys no llevará más descendencia mía que la mía. Si ella tiene cuatro hijos, los cuatro serán de mí.
—¡Tus palabras son tan vanas como las callejeras—dijo la anciana, ladeando la cabeza como si estuviera desafiando a Maegor—. ¿Acaso crees que puedes desafiar a la suerte y a la desdicha? ¿Acaso crees que puedes obligar a los dioses a moldear el futuro en tu favor?
Maegor apretó los puños.
—Lo único que estoy haciendo es lo que quiero hacer—replicó—. ¿Quién eres para decirme cómo ha de ser? ¿Quién eres para dictarme cómo ha de ser mi futuro? ¿Y qué sabes tú de Maerys? ¿Sabes acaso lo que es su corazón, o lo que está dentro de su mente?
—Solo estoy respondiendo a tu pregunta, mi príncipe, para revelar la verdad de la nada—dijo la anciana, sus ojos negros y profundos como un agujero sin fin, sin pestañear...—dicen que el futuro es una tela de araña —prosiguió la vieja—. Que cada elección que tomas es como una seda que tejen. No eres dueño del destino. No controlas tus propios hilos. La trama ha sido tejida, y lo único que puedes hacer es seguir su camino.
—¿Cuál es el destino que me espera, vieja?—preguntó Maegor, su voz roja de furia.
La bruja se rió, su risa sonaba como el crujido de la tierra mientras se rasgaba en dos.
—No es mío revelar los detalles, príncipe. Solo conozco lo que está escrito en la nada. Y lo que está escrito es que no serás feliz.
El príncipe se estremeció, atormentado por las palabras de la bruja.
—¿No habrá manera de cambiar eso?— preguntó.
La anciana se acercó más a él, hasta que sus caras casi se rozaban.
