Angel by the Wings | Kookv

VII. Wings

Taehyung a veces se maravillaba con los golpes creativos que a veces tenían los humanos, el cómo pueden pasar de un desierto sin ideas a un mar lleno de inspiración.

El golpe de inspiración para Jungkook llegó un día después del famoso live, a las cinco de la mañana. Condujo hacia el estudio y se encerró ahí hasta las nueve que llegó Seokjin con bolsas de comida y botellas de agua que le obligó a ingerir. Taehyung a veces pensaba que el manager era el verdadero ángel en esta situación.

Actualmente, se encontraban en la sala de prácticas de la compañía de Jungkook tres días después. Elaborando y practicando la nueva coreografía para el sencillo que estaba ya en la fase de detalles finales.

-Tomemos un descanso de 10 minutos- gritó el coreógrafo, los bailarines de apoyo y Jungkook asienten.

El ángel no acostumbrado a su falta de alas se encontraba sentado a lado de la mochila de gimnasio del idol.

-¿Qué tal te pareció?- Pregunta Jungkook mientras se agacha para tomar su toalla y una botella de agua.

Taehyung mira detrás al staff que estaba ocupado. No les prestaban atención por el momento -¿Es necesario todos esos giros de cadera y gestos?- Dijo sin pensarlo mucho.

Algo que había notado era que Jungkook solía pedirle su opinión, como si fuera un amigo más, algunas veces lo escuchaba (como cuando le dijo que una de las partituras del coro no concordaba con la letra y Jungkook modificó toda la pista) y otras simplemente hacía oídos sordos (cuando le pregunto qué película ver y puso por milésima vez iron man) cuando le cuestiono sobre este nuevo comportamiento, el pelinegro solo se encogió de hombros sin darle respuesta. Solo habían pasado algunos días y Jungkook ya se había acostumbrado a la presencia de Taehyung, demasiado rápido diría el Ángel.

La risa suave de Jungkook le regresa a su conversación

-Nop. Pero es lo que vende y a mi me gusta.

-Pensé que tu fachada de chico vampiro era suficiente- Taehyung pone los ojos en blanco recordando la sesión de fotos que tuvo para su concepto para un photobook de aniversario. Estuvieron todo el día atrapados en un estudio y ahora estaban encerrados en otro. La vida de un idol si que era agotadora.

Jungkook se atraganta con el agua y suelta una carcajada en el fondo de su estómago, algunos del staff le lanzan miradas entre extrañadas y divertidas. La risa de Jungkook era contagiosa.

-¿Entonces no te gusto? Yo que te había dedicado el coro. -le da un medía sonrisa mientras se seca el sudor de la frente.

Taehyung niega con la cabeza ya acostumbrado a estas alturas por la personalidad a veces coqueta de su humano hacía el

—Para de hablar conmigo, van a pensar que estás loco o peor aún, drogado—suelta esto último seriamente. En estos pocos días no había pasado nada grave, ni fiestas locas en algún bar ni compañeros de una noche, pero eso no elimina el gran tema existente.

-Podría estarlo- respondió en broma tomando otro sorbo de su botella hasta acabarla. Con la toalla en el cuello secándose el sudor en la parte baja de su nuca.

Taehyung suelta un suspiro levantándose para estar a la altura del más joven -Jungkook...- advierte el ángel, pero no termina de decirlo ya que la puerta del salón se abre y un chico de cabello rojo brillante y ropa colorida entra corriendo hacia la dirección de Jungkook, asustando a ambos.

-¡JK!- gritó el chico atrayendo sin esfuerzo al idol para un gran abrazo -cuánto tiempo sin verte mi lindo dongsaeng.

-Hola Hobi-hyung- saluda con cariño dejándose hacer por el chico más bajo -¿Qué tal Estados Unidos?"