12

508 50 9
                                    

La mañana llegó más rápido de lo que Samantha esperaba.

No había dormido nada.

Guada y ella se quedaron en una casa a unas calles de la casa de Ama, solo quería estar cerca y su amiga al parecer no pondría ninguna objeción.

Estaba haciendo un desayuno rápido, café y unas galletas que encontró en una alacena. Espero a que Guadalupe se despertara un poco para empezar a hacer el café, eso fue hace unos quince minutos.

-¡Sam!.- escuchó desde el segundo piso.-

-¿Qué?.- preguntó en un tono elevado pero sin gritar.-

-¡¿Viste mis pantalones?!.-

-¡Sobre la mesita de luz, fíjate, estaban ahí!.-

-¡Aquí están!.-

Unos 10 minutos después, su amiga baja las escaleras mientras cantaba algo. 

-Por cada hora que pasa te soportó menos, ¿Sabes?.- habló dejando el café frente a Guada.- 

-Vete a la chingada.- recibió como respuesta.- Canta conmigo vamos... ¡Ven y cuéntame la verdad!.- exclamó, esperando que siguiera la canción.- 

-¡Ten piedad y dime por qué!.- cantó la rubia.- 

-¡¿Cómo fue que me dejaste de amar?! ¡Yo aún podía soportar!.- ambas cantaron.- Tú tanta falta de querer... .- terminaron de cantar y rieron, al parecer, serían una buena compañía para la otra durante esto.-

Media hora después, cuando ya habían terminado de desayunar y se arreglaron lo mejor posible después de bañarse, sorprendentemente seguía habiendo agua, al menos en esa casa.

-¿Vamos con tus amigos?.- Guada preguntó al subirse al auto después de subir en la parte traseras unas bolsas.- 

-Si, vamos más que nada por los niños.- contestó.-

-¿Niños? ¿Hay niños?.- preguntó girando a verla con una sonrisa, la rubia asintió.- 

-Sofia, Alba, Manuel y el bebé al que no estoy segura de si le pusieron nombre.-

-¡Que lindo! ¿Crees que les caeré bien?.- 

-Estoy segura de que sí, me caíste bien a mí.-

-¡Lo haces sonar como si fuera imposible!.- 

-Es que los pendejos no suelen caerme bien y tú eres de esa especie.- bromeó, haciendo que una mueca de ofensa se instalará en el rostro de su amiga.- 

-¡Que imbécil eres!.- gritó mientras le pegaba en el costado a la rubia, en toda esa secuencia, llegaron a la casa, Rivers frenó los golpes de su amiga, antes de bajar para agarrar unas bolsas.- 

-Vamos baja, Querías conocerlos, ¿No? Pues ellos están allí adentro y no saldrán por ti.- habló apoyándose contra la puerta, mientras esperaba que Guada bajará.-

-¿Qué hago si les caigo mal? ¿Salgo y te esperó en el auto?.- preguntó mientras se acercaban a la puerta.- 

-Les caerás bien y si les caes mal, es su pedo, no te preocupes.- dejó un golpe en la espalda de la contrario y al ver que estaba lista, tocó la puerta cuatro veces, para que supieran que era ella.- 

Ni dos minutos después la puerta fue abierta por dos niños.

-¡Sam!.- Alba gritó abrazándola, mientras Manu solo agitó la mano con una sonrisa.- 

-Hola engendros... Les presentó a Guadalupe.- la rubia dijo con la pequeña en brazos, mierda que eso de estar transformándose si que le daba bastante fuerza, cuatro bolsas de compras y una pequeña de seguramente 30 kilos, wow.- 

-Hola, pueden decirme Guada... Solo si quieren.- dijo con una sonrisa.- 

-Tienes linda sonrisa, me gusta, ¿A ti te gusta, Manu?.- Alba habló, recibiendo algunos movimientos de mano por parte de su hermano.- 

-¡Es muy linda! Me gusta... Ella parece agradable.- una sonrisa se mostró en el rostro de Rivers después de haber entendido algo.-

-Dice que tu sonrisa es linda y que le agradas.- aclaró la niña al ver el rostro de confusión de Guada, quien había tratado de entender algo, había estudiado algo del lenguaje de señas, pero ahora mismo, no podía recordarlo mucho.-

-¿Pasamos?.- la rubia preguntó poniendo un pie dentro.- ¿Y los demás?.- cuestionó dejando a Alba en el suelo cuando estuvieron dentro y cerraron la puerta.-

-Están en algo así como una reunión en el patio.- contestó la niña.-

-Bien, iremos hacia allí ahora, dejaremos esto en la cocina.-

-¡Nosotros podemos hacerlo! Anda, Manu agarra una de las bolsa.- el chico le hizo caso a su hermana y ambos se fueron con una bolsa casi a rastras.-

-Si quieres ve, yo llevo las bolsas.- Guada hablo tomando dos de las bolsas.-

-Claro... .- contestó viéndola desaparecer por el pasillo que llevaba a la cocina, se acercó a la sala y de ahí pudo ver hacia afuera, todos estaban sentados, Sofía sostenía al bebé, que parecía dormir, Ama y Filis se abrazaban, mientras que Juan y Félix parecían pelear por alguna extraña razón y Ari hablaba con ese tipo del cual no recordaba el nombre, los siguió mirando mientras se acercaba a la puerta para salir.-

-Hola.- saludó al tener un pie tocando el seco suelo del patio, sus amigos rápidamente giraron a verla, Ama fue la primera en correr a abrazarla, luego Félix acompañado de Juan, les siguió Filis y Sofía la miró con una sonrisa desde su lugar, mientras que Ari solo se quedó dura en su lugar y el tipo no prestó atención.-

-¡Rivis, Dios como te extrañe!.- Ama gritó abrazándola fuertemente, antes de separarse y darle un golpe en la mejilla, que no le dolió, pero si giro un poco su cara.- ¡Pendeja! ¿Qué eres idiota? ¡¿Cómo chingadamadre vuelves después de días como si nada?!.- comenzó a gritar, haciendo que la rubia de asustará un poco.-

-Hey, relájate, estoy aquí, no tienes que enojarte.- murmuró con miedo de hacerla enojar más.-

-¡Te mataré!.- exclamó tratando de tirarse sobre ella, pero Filis la sostuvo para evitarlo con ayuda de Juan, parecía una bestia.-

-Hey Sam.- Producción la miró con una sonrisa.- ¿Te encuentras bien?.- preguntó viendo el estado de su amiga, estaba algo más pálida de lo normal y sus venas, quizás, eran más notables.-

-Hola produ... Estoy genial, ¿Tu qué tal?.- hablo con una sonrisa.-

-Bien... Te extrañé chaneque.- contestó ganándose un golpe de la rubia y una risa.-

-¡Alba espera, espera!.- un gritó la hizo girar.-

-¿Trajiste a alguien contigo?.- preguntó Juan, pues por lo que sabía Alba estaba con Manuel y él, bueno, no podía hablar.-

-Oh si.- la rubia contestó con una sonrisa, una sonrisa que hizo que recibiera una mirada fija, una mirada cargada de celos.-

Streamers In The ApocalypseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora