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-Samantha Rivera.- se presentó minutos después.-

-Guadalupe Montes.- la otra contestó.- ¿Puedo saber por qué ellos no te mordieron?.-

-No lo sé.- En cualquier oportunidad podría matarla y listo, nadie sabría sobre su "condición".- Creo que ellos... No pueden.- la matará cuando tenga ganas.-

-¿Por qué no podrían?.-

-No lo sé, pregúntales, si quieres te abro la puerta.-

-De acuerdo, de acuerdo, no preguntaré más.-

-Gracias.-

-Oye... .-

-¿Qué?.-

-¿Eres como esos humanos inmunes a ellos, que aparecen en las películas?.-

-Supongo.-

-¡Eso es genial!.-

-Lo es.-

-No suenas como si te emocionará la idea.-

-Es que, no lo hace.- murmuró.- Tuve... Tuve que dejar a personas importantes atrás, solo, por el miedo a hacerles algo por culpa de esto.- añadió, señalando su brazo.-

-¿Ahí está tu... Mordida?.- preguntó, ya que, la tela de su hoodie tapaba la piel.-

-Si... ¿Quieres verla?.- la rubia preguntó, viendo como Guadalupe asentía con emoción.- ¿Cuántos años tienes? ¿8?.- preguntó con burla al ver la emoción, la otra solo la miró mal antes de volver a ver su brazo, dónde, la mordida que hace un día estaba roja, hoy estaba verde.- ¿Qué carajo... ?.-

-¿Qué sucede? ¿Estás bien?.-

-No, no, esto, esto, hace unas horas no estaba así.-

-Y creo que tu cuello tampoco.- el cuello de la rubia, ahora tenía las venas marcadas y demasiado verdes como para ser real.-

-Ay, voy a morir.- dijo mientras comenzaba a agitar las manos frente a su cara.-

-Quizás estas... Cómo evolucionando.-

-¿Qué? ¿De qué hablas, Montes?.- preguntó confundida, pero sin dejar su acción.-

-Si, ya sabes, quizás, estás pasando a una fase, más, zombistica.-

-¿Esa palabra existe?.-

-Supongo, no lo sé.-

-Sigo sin entender, Guadalupe, ¿A qué te refieres?.-

-Estas, transformándote, en algo más allá de un humano mordido, estás siendo un zombie, uno con conciencia.-

-Pero, eso lo soy desde que me mordieron.-

-¿Te mordieron más veces después de eso?.-

-Si, unas dos.-

-¡Ahí está! En la primera mordida tuviste que morir, las otras dos no tuvieron que pasar, pero lo hicieron y ahora ya no te muerden, eres una de ellos, pero, sigues siendo tu.-

-¿Zombie con conciencia?.-

-Exacto, eres... Única, Sam.-

-No quiero ser única.- murmuró.- Quiero volver a ser yo o ser una de ellos... Completamente.-

-Pero no lo eres, Samantha, no puedes cambiar algo que ya sucedió, ahora, debes concentrarte en seguir siendo tú, no volverte uno de ellos en tu totalidad.-

-¿Por qué no?.-

-¿Acaso quieres ser uno de ello y más adelante, posiblemente, matar a tus seres queridos?.-

-Sabes dónde golpear, eh.-

-Si, lo admito.- respondió con una sonrisa.- Cambio de tema... ¿Crees que podríamos ir en busca de ropa? No llegue a agarrar de la tienda.-

-Claro, ¿Quieres ir a tu casa? Seguro prefieres tu ropa.-

-Si... Tienes que seguir derecho, cuando, tengas que doblar te aviso.- la rubia noto como el tono de su acompañante cambiaba, como disminuía.-

Media hora después, Rivers estacionó frente a una casa, de rejas negras.

-¿Es aquí?.- le preguntó a su acompañante.-

-Si... ¿Te quedas o vienes conmigo?.-

-Voy contigo.- contestó apagando el motor, ambas salieron del auto, la rubia se apoyó contra la puerta antes de cerrarla y la pelinegra solo comenzó a caminar, ignorando el desastre que era su calle y los zombies a metros de ellas.-

-Oye... ¿Eso es un zombie?.- Samantha preguntó, viendo a la distancia a un zombie un tanto diferente, quizás, porque media al menos un metro más que los normales, quizás, era de unos dos metros, siguió viéndolo, hasta que, esa criatura se percató de su mirada y comenzó a caminar hacia ella.- ¡Entra rápido Guada, entra!.- gritó corriendo con la chica.-

-Abre, abre.- murmuró Guadalupe mientras intentaba meter la llave en la cerradura, mientras Rivers veía como la cosa esa, se acercaba más y más.- Ya está, pasa, pasa.-

-¡¿Qué pinche mierda era eso?!.- la rubia gritó después de cerrar la puerta, unos fuertes pasos resonaron en la calle.-

-No tengo idea, pero no quiero salir, es horrible.- contestó, mientras miraba con los ojos muy abiertos hacia la puerta.-

-Yo tampoco quiero hacerlo, pero tenemos que, ve a buscar tus cosas, ¿Tienes algún baño o algo?.-

-Si, arriba, a la derecha.- dijo mientras desaparecía por un pasillo, posiblemente yendo a su habitación, la rubia asintió antes de despegarse de la puerta con cuidado, para comenzar a caminar hacia las escaleras.-

Una vez arriba, vio tres puertas, estaba por gritar, para preguntar cuál era el baño, pero algo cayéndose llamo su atención, prefirió no arriesgarse y corrió hacia abajo, yendo a buscar a Guada.

-Pregunta... ¿Tienes hermanos, padres, tíos o algo que pueda estar... Arriba?.- preguntó al entrar sin tocar en la habitación, llevándose con la sorpresa de que la pelinegra, estaba solo con bragas, así que si, vio sus senos, sus ojos se abrieron y salió con rapidez cerrando la puerta al salir.- ¡Perdón! ¡En serio perdón, no quise verte, solo quería preguntar eso!.-

-Esta bien, Sam.- la voz de la otra se escuchó del otro lado de la puerta.- Y contestando a tu pregunta... No, no tengo a nadie... ¡Espera, si! ¡Debe ser el perro de mi vecina, siempre se mete!.- contestó, minutos después abrió la puerta, ya cambiada, la rubia solo bajo la mirada a sus pies.- No te tendrías que avergonzar por eso, Sam, está bien, no viste nada más que ropa, tranquilízate.-

-¿Nos fijamos si realmente es el perro?.- preguntó levantando la mirada.-

-Vayamos a fijarnos.- contestó, riendo por lo avergonzada que la rubia se mostraba ahora, seguramente más adelante la joderia mucho con eso.-

Streamers In The ApocalypseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora