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-Ella es Guada, ha estado conmigo desde que me fui.- señalo a la pelinegra que la salió con Alba en brazos.- 

-Hola, un  gusto.- dijo con una sonrisa.- 

-¡Hola! El gusto es nuestro, soy Ama.- Ama le dedicó una sonrisa.- Gracias por estar con Sam estos días.- 

-Oh, no, no es nada... Ella me salvó, era lo mínimo que podía hacer, aunque es insoportable.- con lo último, hizo que Rivers la mirará mal.- 

-Arriesgue mi vida por ti, ¡¿Y dices que soy insoportable?!.- 

-En realidad no la arriesgaste... Ese tipo fue el que se arriesgo.- 

-La próxima que te salve la Santa Virgen, hija de la chingada.- 

-Ay vamos, ambas sabemos que morirías por mí.- se acercó a la rubia con una sonrisa.-

-Antes de morir por ti, me mato con mis propias manos.- la rubia contestó sin moverse de su lugar.- 

-Bien... Soy Abril.- la castaña se puso frente a ambas.- Y supongo que se quedarán un rato aquí, así que, lo mejor será que presentes a los chicos, Sam.- 

-Oh si, si... Quítate, no te me acerques.- empujo un poco del hombro a Guada que solo sonrió, sabía que Sam había regulado lo más que pudo su fuerza para no mandarla a la otra punta de la calle.- Él es Félix, muchos lo conocían como producción.- señaló a su mejor amigo que sonrió y agitó su mano.- Juan y Filis.- el de anteojos le sonrió y Filis agitó su mano.- Aquella es Sofia.- señaló a la chica que tenía al bebé.- Y ya conoces a Abril.- señalo a la castaña.- 

-Y ellos son Miguel y Miranda.- Ama señaló a las dos personas que Rivers no conocía.- 

-No les tomes mucha importancia.- murmuró la rubia para su amiga, esta solo asintió.-

-Les trajimos más comida, espero que les alcancé.- Guada habló, todos comenzaron a agradecerles antes de entrar en la casa.- Ve con ellos, Alba.- dejo a la niña en brazos y esta asintió antes de correr dentro.- ¿Por qué a esos dos no debo tomarles importancia?.- le preguntó a la rubia.-

-Porque no los conozco y no quiero que le tomes importancia a gente que no sé si es buena o no.- 

-Suenas como mi mamá.- mencionó dejando un golpe en el hombro de su amiga.- Gracias por no mandarme a volar.- dijo con una sonrisa.-

-Ni pinche idea de que hablas.- contestó con una sonrisa.- Eres una cotorra.- 

-¿Una cotorra?.-

-Si, una cotorra pendeja que nunca cierra el hocico.- 

-No puedo creer que en serio sepas que es una cotorra, creí que tenías el cerebro fundido.- 

-Mira idiota, obvio que lo sé, mi cerebro solo esta medio dormido.-

-Por fumar tanto, vas a quedar más pendeja si sigues así.- 

-Mira quien habla.-

-Yo empecé por ti, mala influencia.- 

-Y tú de pendeja me seguiste, nunca te dije que lo hicieras.- 

-Oye Sam.- Sofia llegó por detrás de ambas.-

-Hey... ¿Te encuentras bien?.- preguntó acercándose.-  

-Si... ¿Tú qué tal?.- respondió, señalando con la cabeza el brazo de Rivers.-

-Oh, esto, está bien.- contestó llevando la mano del brazo izquierdo para cubrir esa parte.-

-Muéstraselo.- Guada ordenó.- No está del todo bien.- 

-Solo, se puso un poco más verde.- mencionó subiendo la manga de su hoodie.- 

-¿Un poco?.- preguntó Sofia incrédula.- Eso está al menos diez tonos más oscuros desde que nos vimos, tú estás más pálida y tus venas se notan más.-  

-¿Cómo te diste cuenta de las venas?.- preguntó Guada, Rivers tenía el cuello tapado con la capucha del hoodie.- 

-Creo que se ven un poco.- contestó.- Oh, quizás es el hecho de que estás más pálida y eso hace que se noten un poquito más.- 

-Supongo que me estoy muriendo... Nada nuevo.- murmuró.- Mejor entremos, seguro vas a querer comer algo, te traje unos chocolates.- comentó con una sonrisa, Sofia le sonrió igual antes de entrar, dejando a las recién llegadas solas.- 

-¿Tú no comerás?.- Guada preguntó, Rivers negó.- Sabes que esto de tu nueva dieta te hará mal, ¿No?, de una u otra forma tendrás que comer.- 

-Por alguna razón, esa comida tiene sabor raro, diferente, no puedo comerla.- 

-Lo sé, podemos... Puedes comerte a gente que me cae mal, seguro algunos siguen por ahí.- dijo y la rubia soltó una risa antes de pegarle en el hombre.- ¡Imbécil! ¡Mi hombro, idiota!.- exclamó pasando la mano de arriba a abajo.- 

-Ya, ya, lo siento, exagerada... Ven, dame un abrazo.- habló, la pelinegra la miró raro, ¿Cómo un abrazo la ayudaría con su posible brazo roto?, nada más suspiró antes de abrazar a la rubia por lo hombros.- 

-Eres consciente de que me rompiste el brazo, ¿No?.- dijo enojada.- 

-Ay, que pinche exagerada, neta wey, no te lo rompí, seguro es el dolor del momento.- los brazos de Rivers pasaron por la cintura de su amiga.- Pero sabes que... Esto si te va a doler como la chingada.- dijo antes de apretarla con algo de fuerza.- 

-¡Mierda! ¡Sam! ¡Suéltame chingada madre! Hija de tu puta madre, ¡Suéltame! ¡VAS A MATARME!.- comenzó a gritar mientras golpeaba la espalda de la rubia con toda su fuerza, Samantha solo reía, estuvieron así por unos segundos más, hasta que Rivers soltó a Guada.- 

-Ahora si tienes una razón para molestar.- se burló, viendo como su amiga se abrazaba el torso.- Anda, entremos, no vaya a ser que te quedes sin comida pendeja.- habló antes de comenzar a caminar, dejando a una adolorida Guadalupe atrás.- 

-¡Al menos cárgame hija de la chingada!.- la pelinegra fue detrás de ella haciendo muecas de dolor.- 

Ninguna de las dos se percató de que una celosa castaña las veía desde una de las ventanas. Y mucho menos se iban a dar cuenta de quien las observaba desde la calle.

Streamers In The ApocalypseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora