CAPITULO IX: Nubes de colores.

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Kim Taehee ¿Había logrado todo lo que se había propuesto en su vida? Era exitosa, su hijo estaba haciendo justamente lo que ella siempre había anhelado, su amiga hacia perfectamente su papel, Jimin no le daba problemas ni le presentaba ninguna amenaza, sus empresas se posicionaban en el pico más alto a nivel nacional e internacional y en sus negocios todos obedecían su voz. Ella era la protagonista de su historia, ¿en donde todo salía como ella quería?

Aparentemente, las cosas que habían obtenido habían sido con sudor y lágrimas, ¿quizás lágrimas más que sudor? En su mente siempre habían vivido los recuerdos de cuando dejó Estados Unidos siendo una joven a la que la vida y un demonio le había obligado a tomar decisiones atroces, a dejar sus sueños y tomar responsabilidades más allá de su imaginación.  Tenía claro, ¿más nunca había tenido en cuenta la magnitud del porqué su padre y el padre de Jiwoon habían sido tan estrictos en su educación personal hasta que llegaron de nuevo a Corea? El país que había visto crecer a sus padres y el cual descubrieron que habían dejado por propia voluntad. Su padre le había advertido que quizás las cosas no le iban a resultar tan fáciles, ¿que ella vaya a querer tomar un poder absoluto sobre algo que sin duda les pertenecía? Pero las personas siempre son egoístas ante el poder.

Sin embargo, ese no fue el caso. ¿Había tenido que luchar por el poder? No, no lo hizo. El poder estaba ahí, a su disposición, pues la persona que lo ostentaba se lo cedió voluntariamente. Ya había perdido mucho y tenía algo valioso que cuidar. Ella, a cambio, le brindó libertad, comodidad y protección.

Al mirar al pasado, solo podía ver el lamento que había dejado atrás. ¿Por qué los seres humanos se aferran tanto a lo que les lastima? ¿Acaso no les impide avanzar? Si ella se hubiera quedado lamentando, sumergida en la miseria de ser agredida y cargar con una vida que no deseaba, ¿no estaría gozando ahora de lo que tiene? ¿No tendría lo que ahora posee?

Por eso y más, le enseñó a su hijo el dolor. Le enseñó a su familia a ser fuertes. ¿Podía alguien cuestionarla por ello? No, por supuesto que no. Había valido la pena seguir viviendo en esa nube que ella había pintado para todos. ¿Acaso no era eso lo que importaba?

 ¿Acaso no era eso lo que importaba?

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- Haber, déjame asimilar... ¿Me estás diciendo que te acercaste a mí para llegar a mi hermano, pero que en el transcurso te caí bien? - Recrimina Jimin.

- Si lo dices así, me haces ver egoísta e interesado. Y bien sabes que yo pude haber ido a tu casa y meterme en tu vida para verlo, pero nunca lo hice porque... ¡Rayos, Jimin! Me conoces, sabes que no soy así. Incluso el reencontrarnos fue coincidencia, porque yo no me imaginaba que él me recordara. - Lo siento, confiesa en voz baja Jungkook mientras Taehyung lo miraba tratando de contenerse, pues sabía que Jimin estaba haciendo un berrinche y solo eso.

Sea como sea, no estoy enojado, más bien sorprendido. ¿Podrías contarme la historia completa desde las dos versiones? - agregó Jimin con un tono que denotaba curiosidad.

Los Sentimientos de las RocasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora