CAPITULO XI: Miles de emociones.

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El amor tiene innumerables definiciones, porque está planteado desde las diferentes experiencias. En una década en donde el libertinaje, el sexo, las fiestas, el dinero y la fama direccionaban las conductas de los seres humanos, el amor no era más que un accionar negociable en donde se deja de lado lo que se quiere por lo que se necesita. Sin embargo para aquellas almas destinadas que esperan, que buscan, que sueñan, que anhelan el amor es la acción que puede impregnar hasta los corazones más duros.

Jeon Jungkook había esperado toda su vida el momento correcto para volver a aparecer en la vida del niño al que le regalo sus ilusiones desde que lo conoció, desde que lo toco, desde que le sonrió, solo él sabía lo que sintió, solo él podía ver un futuro con él y sonaba loco a medida que iba creciendo jamás pudo confesarle a nadie sus verdaderos sentimientos, simplemente se dedicó a estudiar, entrenar y a rechazar a todas las personas que se le acercaban, porque en su corazón siempre estaba esa sonrisa, trataba de ir a todas las presentaciones públicas que la academia hacía, había inclusive visitado sus instalaciones muchas veces, lo había visto, lo había escuchado, pero el simplemente no se sentía contento con su físico, con su estatus, con su ser.

El esquí alpino llego a su vida en un momento de arrebatos en donde no sabía qué hacer para estar en la vida de su hada de invierno, la danza no era algo que le gustara y tenía mucho miedo volver a acercarse siendo el solo el, después de ver lo talentoso que era se encontró todos los años de su vida tratando de ser mejor para sentirse merecedor de su niño patinador.

Cuando entro a la secundaria y conoció a Jimin inmediatamente lo reconoció (quien en corea no los conoce) muchos planes vinieron a su mente, quizás si tan solo se hicieran amigos él podría visitar su casa y encontrarse de nuevo con él, pero a medida que iba conociendo a Jimin conocía un poco sobre las historias de tae, porque Park siempre tenía en la boca a su hermano. Se limitó a conocerlo por medio de los relatos de su amigo Jimin y se enamoraba cada día más de ese personaje. Sin embargo su tipo ideal él no lo era del todo, pero al menos cumplía con dos de las perspectivas y gracias a sus padres por hacerlo hombre.... Oh bendita sea su madre por hacerlo bonito.

Él no era tierno era fuerte, era esquiador, tener músculos no era algo tierno y él lo sabía. Y quizás hubiese refutado sobre su elección de deporte, pero uno no decide sus pasiones y él amaba esquiar, por nada no estaba en la posición que estaba. A veces se preguntaba si Taehyung lo habría visto en alguna competencia o en las fotografías que tenía con Jimin, si lo había reconocido, si por lo menos quizás lo hubiese pensado alguna vez....

—¿Podría ubicarme en una habitación individual, por favor? —Jungkook había estado nervioso, ansioso, perdido y desenfocado en toda la noche desde que se topó con el mismísimo Kim Taehyung, quien lo reconoció, habló, tocó y besó

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—¿Podría ubicarme en una habitación individual, por favor? —Jungkook había estado nervioso, ansioso, perdido y desenfocado en toda la noche desde que se topó con el mismísimo Kim Taehyung, quien lo reconoció, habló, tocó y besó. Pero el tener la oportunidad de compartir habitación, él era consciente de que no podía estar en el mismo espacio porque estaría derretido. Estaba enamorado, perdidamente enamorado. Por una parte, si quería, y por otra, sabía que no podía entregarse así. —¿Sabes que esto es un truco de Jimin para molestarnos mañana, no lo dejemos salirse con la suya...? —Era una excusa estúpida, pero creíble.

Los Sentimientos de las RocasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora